Celebración en redes y dolor en silencio

La reciente liberación de Carlos Humberto Sandoval Urbina, un tiktoker condenado por un accidente de tránsito en el que murieron la profesora Ana Cecilia Echeverry Siezar y su esposo Jaiminton Alberto Pérez Hernández, ha generado una profunda polarización social en Nicaragua. Mientras algunos celebran su salida de prisión en redes sociales, otros expresan repudio, indignación y dolor ante lo que consideran una nueva arbitrariedad judicial.

Sandoval Urbina permaneció 16 meses encarcelado, pese a que la propia Policía Nacional confirmó que conducía en estado de ebriedad al momento de impactar mortalmente al matrimonio. Su excarcelación refuerza la percepción de que el sistema judicial nicaragüense no responde a criterios legales, sino a decisiones políticas tomadas a discreción del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Una libertad que hiere a las víctimas

Mientras el joven reaparece públicamente, paseándose por restaurantes, recibiendo regalos costosos y tomándose fotografías con seguidores, las hijas del matrimonio fallecido guardan un silencio forzado. Desde el anonimato y la impotencia, observan cómo la libertad del responsable se convierte en un espectáculo que muchos consideran una burla al duelo familiar.

Las imágenes difundidas en redes sociales han profundizado el rechazo ciudadano y el cuestionamiento a una justicia que parece premiar el espectáculo y la cercanía con el poder.

Lealtades premiadas, justicia selectiva

El padre del tiktoker ha hecho alarde público de la liberación de su hijo y ha jurado lealtad al régimen que permitió su excarcelación. Para críticos y defensores de derechos humanos, el mensaje es claro: en Nicaragua, la justicia premia lealtades y castiga disidencias.

El padre de "La Rubia" afirma que, aunque la gente se enoje, seguirá agradeciendo a su "comandante" por la liberación de su hijo.

El contraste que desnuda el doble rasero

El caso contrasta de forma evidente con el del abogado Manuel Urbina Lara, quien permanece encarcelado desde 2021 tras un accidente vial en el que falleció un pasajero del vehículo que conducía. A diferencia de Sandoval Urbina, Urbina Lara no tuvo acceso al derecho a la mediación y continúa privado de libertad tras más de cinco años.

Este contraste expone el doble rasero del sistema judicial: indulgencia para unos, severidad extrema para otros, según su cercanía o distancia con el poder político.

Justicia a la orden del régimen

En Nicaragua, ser encarcelado o absuelto ya no depende del expediente ni del debido proceso, sino de una orden política. La liberación del tiktoker conocido como "La Rubia" no es un hecho aislado, sino parte de un patrón donde el sistema judicial es utilizado como herramienta para comprar lealtades, enviar mensajes de control y castigar a quienes no se alinean con el régimen.

La indignación social persiste, mientras las víctimas siguen esperando una justicia que, una vez más, no llegó.