Perseguida pero fiel: la Iglesia católica nicaragüense declara “obediencia” al Papa León XIV

En medio del exilio forzado de obispos, la confiscación de templos y el silencio del Vaticano frente a la represión, la Iglesia católica de Nicaragua expresa lealtad al Papa León XIV, aferrándose a la fe como único refugio ante la persecución del régimen de Ortega.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios 6

5/9/20252 min read

En una Nicaragua donde la fe católica es reprimida sistemáticamente por la dictadura de Daniel Ortega, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha emitido un comunicado que resuena más como un acto de resistencia simbólica que como una simple formalidad eclesiástica.

Los obispos —cuatro de ellos desterrados por la dictadura— expresaron su “obediencia filial” al recién electo Papa León XIV, en un gesto que, aunque cargado de esperanza, también evidencia la profunda soledad institucional en la que ha quedado la Iglesia local.

“Nos llenamos de gozo por la elección del Papa León XIV”, señala el comunicado, destacando su papel como el 267° sucesor de San Pedro. Sin embargo, el tono celebratorio contrasta con la ausencia de firmas episcopales en el documento, un detalle que no pasa desapercibido y refleja las limitaciones impuestas por la represión y el exilio.

La Iglesia católica en Nicaragua ha sido objeto de una persecución implacable por parte del régimen de Ortega y Rosario Murillo: más de 80 religiosos han sido expulsados del país, templos han sido confiscados, y la libertad de culto ha sido cercenada con saña.

En este contexto, las palabras de la Conferencia Episcopal —“pedimos le conceda un corazón manso y humilde como el de Jesucristo”— adquieren un matiz dolorosamente político.

Iglesia se refugia en El Vaticano

Aunque el mensaje encomienda al nuevo pontífice “bajo la protección amorosa de la Purísima Concepción de María” y pide que su pontificado sea un tiempo de “unidad, fe y paz”, el trasfondo es ineludible: la Iglesia nicaragüense sigue esperando un gesto claro del Vaticano frente a la violencia estatal que sufre.

Hasta ahora, Roma ha optado por el silencio diplomático, sin una condena abierta ni gestos concretos hacia los exiliados.

El llamado a los fieles nicaragüenses para orar por el ministerio del nuevo Papa, especialmente en el “Domingo del Buen Pastor”, sugiere una esperanza que, aunque viva, se sostiene con dificultad.

León XIV hereda una Iglesia global que necesita tender puentes, pero en Nicaragua, su papel será observado con particular atención por aquellos que han pagado con cárcel o destierro el precio de su fidelidad.