Una multitud estimada en más de 250.000 personas colmó este sábado la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, para dar el último adiós al Papa Francisco en un funeral de Estado que convocó a más de 50 jefes de Estado y de Gobierno.

Entre los líderes presentes se destacaron el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump; el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky; su par argentino, Javier Milei; y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

Desde la madrugada, miles de fieles comenzaron a llegar a las inmediaciones del Vaticano. Muchos de ellos pasaron la noche en las calles de Roma para asegurarse un lugar privilegiado dentro del espacio abierto al público.

Una de las postales más significativas del funeral fue la notable presencia de adolescentes y jóvenes provenientes de diversos países. Este fin de semana estaba previsto celebrarse la canonización de Carlo Acutis, conocido como el primer "santo milenial", en el marco del Jubileo de los Adolescentes.

Entre los representantes eclesiásticos se destacó el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, quien participará del próximo cónclave para elegir al sucesor de Francisco. Según fuentes del Vaticano, Brenes permanecerá en Roma durante las próximas semanas, acompañando el proceso de transición y formando parte de las reuniones del Colegio Cardenalicio.

Máxima seguridad en Roma

El evento activó un dispositivo de seguridad sin precedentes en la capital italiana. Más de 200.000 personas se acercaron al Vaticano bajo estrictas medidas de control.

El ingreso de peregrinos, turistas y periodistas se realizó por tandas y bajo controles exhaustivos. "Más de 4.000 efectivos de seguridad, entre policías, militares y agentes de inteligencia, participaron en inspecciones personales y de equipajes", detallaron fuentes oficiales. Todos los asistentes debieron pasar controles con rayos X para acceder a la Plaza de San Pedro.

En el cielo, drones de vigilancia, helicópteros policiales y francotiradores apostados en techos altos garantizaron la seguridad desde el aire. Un sistema antidrones de última generación, una zona de exclusión aérea, aviones caza Eurofighter y un destructor de la Marina Italiana cerca del aeropuerto de Fiumicino completaron el operativo.

La mirada global sobre Roma

Tras la ceremonia litúrgica, el féretro del Papa Francisco será trasladado a la Basílica de Santa María La Mayor, ubicada a unos cinco kilómetros del Vaticano, donde tuvo lugar su sepultura.

La misa y el cortejo fúnebre, que atravesará las principales arterias de Roma, son transmitidos en directo por la televisión vaticana en 15 idiomas, incluyendo cuatro lenguajes de señas.

El funeral marca un momento de profunda trascendencia para la Iglesia Católica. Francisco, líder espiritual de más de 1.300 millones de fieles, cierra un pontificado que dejó huella en la historia contemporánea del cristianismo, destacándose por su apertura al diálogo interreligioso, su enfoque social y su fuerte compromiso con los temas ambientales.

"Este funeral de Estado es mucho más que un evento religioso: se trata de una ceremonia de alcance global", subrayaron desde la Santa Sede. Durante su papado, Francisco se consolidó como una figura influyente en cuestiones clave como la paz, los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y el cambio climático.

Más de 3.000 periodistas y medios internacionales se acreditaron para cubrir el histórico acontecimiento, considerado ya como uno de los eventos mediáticos más relevantes del siglo XXI.

Con su partida, el mundo despide no solo a un pontífice, sino a una de las voces morales más potentes de la era contemporánea.