Entre ansiedad y rumores de cónclave: así afronta el Vaticano la hospitalización del papa Francisco

Las complicaciones médicas que llevaron al papa Francisco a ser hospitalizado en el hospital Gemelli, de Roma, ha desencadenado un episodio de ansiedad y rumores de cónclave ante la posible renuncia del pontífice.

MUNDO

Darío Medios6

3/13/20255 min read

Las complicaciones médicas que llevaron al papa Francisco a ser hospitalizado en el hospital Gemelli, de Roma, ha desencadenado un episodio de ansiedad y rumores de cónclave ante la posible renuncia del pontífice.

A pesar de que los médicos han observado una mejoría en la salud del pontífice, su situación sigue siendo incierta y requieren de más tiempo para hacer una evaluación completa y determinar el momento en que saldrá del hospital.

El parte médico de la tarde del 10 de marzo indicó que el Papa ya no corre peligro inminente debido a la infección que lo llevó al hospital. Este avance positivo sugiere que su estado de salud se ha estabilizado, aunque aún permanece bajo observación para asegurar su recuperación total.

Aunque la situación del Papa es estable, su cuadro clínico sigue siendo complejo. Se ha señalado que podrían presentarse crisis respiratorias como las que sufrió el 3 de marzo. Las autoridades vaticanas subrayan que la infección polimicrobiana con la que ingresó aún representa un riesgo para su salud.

Por el momento, los médicos han advertido que el regreso al Vaticano no es posible debido a la gravedad de la infección. La prioridad sigue siendo el tratamiento adecuado y la recuperación del Papa, lo que ha retrasado cualquier posible desplazamiento en los próximos días.

Rumores de cónclave ante posible renuncia del papa

Francisco, quien ya suma una cuarta semana de hospitalización, su estado de salud ha generado incertidumbre entre los trabajadores del Vaticano y quienes laboran en el Palacio Apostólico, lugar donde está la oficina del secretario de Estado de la Santa Sede.

Los dos funcionarios de más alto rango de la secretaría son el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede y el arzobispo Edgar Peña Parra, el “sostituto” o “sustituto”, que actúa como jefe del gabinete papal. Ambos han visto al pontífice en el hospital en al menos dos ocasiones.

En tiempos normales, tendrían individualmente una audiencia semanal programada con el papa y permanecerían en contacto regular con él.

Parolin, un prelado reflexivo y de modales apacibles, es un diplomático experimentado del norte de Italia que lidera la participación en geopolítica y ha sido fundamental en la intermediación del acuerdo de la Santa Sede con China. Algunos hablan de él como un futuro papa y fue Parolin quien dirigió la primera de las sesiones diarias de oración por la salud de Francisco en la Plaza de San Pedro.

Peña Parra, es un diplomático eclesiástico de Venezuela, coordina el trabajo de la curia romana, la administración central de la Iglesia. De carácter decidido y resistente, el verano pasado fue sometido a un duro interrogatorio en Londres en un caso judicial histórico presentado contra el Vaticano por una disputa inmobiliaria. El juez se puso del lado del Vaticano –y de Peña Parra– en los puntos clave.

Estos dos funcionarios eclesiásticos son los que supervisan gran parte del gobierno cotidiano de la Iglesia mientras Francisco permanece hospitalizado. La curia romana está formada por diferentes departamentos, conocidos como dicasterios, ubicados en oficinas dentro y alrededor del Estado de la Ciudad del Vaticano y Roma. Los departamentos, como los encargados del nombramiento de obispos, siguen celebrando reuniones y llevando a cabo sus tareas cotidianas.

Ambiente de ansiedad

La ausencia del papa en El Vaticano, ha provocado que Parolín y Peña desempeñan sus labores a un ritmo más lento que el de lo habitual. Las audiencias entre obispos, cardenales, jefes de Estado y convocatorias masivas se han suspendido. El estado de ánimo que prevalece en el Vaticano es de ansiedad e incertidumbre.

“Siempre es difícil cuando el jefe, por cualquier razón, desaparece, porque el santo padre es una persona muy activa en lo que respecta a la gestión de la curia y a su interés en el trabajo de todos los dicasterios”, dijo a CNN el cardenal Arthur Roche, líder del departamento de liturgia del Vaticano.

“Estamos muy acostumbrados a que de repente nos llame para pedirnos una opinión o compartir alguna observación que haya hecho. Así que, en ese sentido, las cosas se han vuelto muy tranquilas”, agregó.

El cardenal, originario de Reino Unido, explicó que “el trabajo continúa” aunque es un “período incierto” con altos niveles de ansiedad. Los cardenales, obispos y laicos, confían sus la salud del papa en sus oraciones, a la espera de una pronta recuperación para que pueda seguir al frente de la Iglesia universal.

Aún en sus momentos difíciles en el hospital, el papa, de 88 años, sigue dando señales de que gobierna la Iglesia desde la sala donde permanece hospitalizado. Mientras lucha contra una neumonía bilateral, Francisco está firmando documentos “desde el hospital Gemelli”, nombrando obispos y a un científico de la NASA como miembros de la Academia Pontificia de Ciencias y llamando a la parroquia católica en Gaza.

Fue el propio papa quien pidió a los médicos y al aparato de comunicación del Vaticano que proporcionaran los boletines diarios detallados sobre su salud. Y, el jueves por la noche, la gente escuchó la voz del papa por primera vez desde su hospitalización. En lo que debió haber requerido un gran esfuerzo, Francisco, que luchaba por pronunciar sus palabras después de semanas de problemas respiratorios, agradeció a la gente en la Plaza de San Pedro por sus oraciones.

Cada noche, los cardenales y altos funcionarios del Vaticano se reúnen en la plaza de San Pedro para orar por Francisco. El ambiente ha sido tranquilo y sombrío.

La hospitalización del papa ha cambiado el tenor del año jubilar de la Iglesia Católica, un evento que se celebra cada 25 años y que se centra en la peregrinación y el perdón. Se había planeado un programa repleto de actos con el papa, pero en ausencia de Francisco, se ha encomendado a cardenales de alto rango la tarea de dirigir las celebraciones.

Todo esto está creando una atmósfera precónclave. Los observadores del Vaticano evalúan cómo actúa cada cardenal que sustituye al papa y si es papable (capaz de ser papa o un candidato potencial a ser papa).

El interés en las elecciones papales se ha intensificado con la popularidad de la película “Cónclave”, que han visto varias figuras importantes de la Iglesia.

Francisco tiene dos secretarios personales, ambos sacerdotes, que lo asisten en el hospital, pero permanecen fuera del ojo público. A lo largo de su pontificado, ha rotado a sus secretarios, se ha negado a tener un portavoz personal y nunca ha permitido que surja una figura como “adjunto”.

Con información de CNN en Español y ACI Prensa.