Enriquecimiento del régimen, disfrazado de asistencia social China
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo parece haber encontrado en la cooperación con la República Popular China una nueva forma de enriquecerse, replicando el modelo de lucrativo que implementó en su momento con los recursos solidarios venezolanos.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
7/10/20253 min read


El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo parece haber encontrado en la cooperación con la República Popular China una nueva forma de enriquecerse, replicando el modelo de lucrativo que implementó en su momento con los recursos solidarios venezolanos.
Bajo el manto de la asistencia social y los préstamos, la relación con China se está convirtiendo en un negocio redondo para la dictadura, con beneficios que para muchos no se traducen directamente en el bienestar de la población. Desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas en diciembre de 2021, la afluencia de recursos chinos a Nicaragua ha sido notable.
Sectores como el transporte público, la vivienda y la telefonía han sido los principales beneficiados de esta cooperación visible en la entrega de autobuses y proyectos habitacionales. Sin embargo, no hay claridad en la distinción entre donaciones, créditos y acuerdos comerciales que genera suspicacia entre analistas.
Un claro ejemplo de esta ambigüedad es el acuerdo de cosecha temprana entre Nicaragua y China, firmado en julio de 2022. Este convenio contempla una nutrida lista de productos con exoneración de impuestos. No obstante, economistas advierten que la distancia geográfica y los elevados costos de transporte hacen inviable un margen de ganancia significativo a través del comercio bilateral.
La verdadera cosecha la hace el régimen y reside en la asistencia y los proyectos de transporte e infraestructura. El propio embajador de China en Nicaragua Chen Xi, ha dejado entrever la naturaleza de esta asistencia en un acto de entrega de autobuses. Sus declaraciones sugerían una cooperación que va más allá de lo puramente comercial, abarcando proyectos no reembolsables.
“Este lote de 100 unidades de autobuses chinos ha sido una donación del gobierno de la República Popular China al gobierno de la República de Nicaragua en el marco de un paquete de asistencia no reembolsable del gobierno chino al gobierno nicaragüense”. Aseguró.
“A lo largo de los 3 años de nuestras relaciones diplomáticas entre China y Nicaragua, en el marco de asistencia no reembolsable del gobierno chino, ha facilitado a la parte nicaragüense variedades de equipos y materiales para apoyar a los programas sociales y de producción económica promovidos por el gobierno sandinista, dirigido por los copresidentes Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo”. Indicó el embajador.
Proyectos de viviendas no son sociales, tienen un alto costo
Además, la construcción de la primera fase de viviendas Nueva Victoria en Managua de 920 casas, también bajo el marco de la asistencia no reembolsable, terminará dentro de pocas semanas para su pronta entrega, mientras los trabajos preparativos para la segunda fase del proyecto de vivienda Nueva Victorias están avanzando exitosamente para su pronta implementación.
El último proyecto que genera controversia es el de las viviendas prefabricadas chinas promocionadas con fervor por los propagandistas del régimen. Hablan de casas modulares distribuidas por la empresa Flexihome Nicaragua y se ofrecen con costos que oscilan entre los 20,500 y 52,650.
Cifras que resultan astronómicas en un país donde el desempleo es abierto y los salarios son paupérrimos, haciendo estas viviendas inaccesibles para la gran mayoría de la población nicaragüense.
Esto levanta serias dudas sobre el verdadero beneficio social de estos proyectos y sugiere un posible margen de lucro significativo para el régimen. La estrategia actual del régimen sandinista con la cooperación china evoca poderosamente su relación con Venezuela durante los años de la marea rosa y la bonanza petrolera. Se estima que durante la década de los 2000 y principios de 2010, la cooperación venezolana a Nicaragua ascendió aproximadamente a 5,000 millones.
Financiamiento social sin supervisión
Este flujo de recursos canalizado a través de mecanismos como Albaniza no solo financió programas sociales, sino que también fue una fuente de inmensos réditos para el círculo cercano al poder. Se creó una estructura paralela al presupuesto nacional que permitió al régimen operar con una discrecionalidad sin precedentes, fortaleciendo su control económico y político.
Gran parte de estos fondos se manejaron sin supervisión ni de los órganos de control del Estado, lo que generó acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito. El régimen utilizó esta caja chica para consolidar su poder, financiar campañas políticas y cooptar diversos sectores de la sociedad, logrando una hegemonía que perdura hasta el día de hoy. La experiencia venezolana sirve como un sombrío precedente.
La opacidad en la gestión de la cooperación, la priorización de proyectos de dudoso beneficio social y el evidente enriquecimiento de allegados al poder son patrones que lamentablemente comienzan a repetirse con la asistencia proveniente de China. La preocupación de economistas y analistas radica en que esta cosecha no sea para el pueblo nicaragüense, sino para el fortalecimiento y lucro de un régimen cada vez más autoritario.
