Edwin Mendoza: El paramilitar narcisista que exhibe crímenes sandinistas
Mientras miles de paramilitares al servicio de la dictadura Ortega-Murillo se ocultaban cobardemente tras capuchas en el 2018, un criminal confesó decidió operar bajo sus propias reglas.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios 6
5/7/20252 min read


DaríoMedios Internacional logró identificar uno de los rostros de la muerte, Edwin Mendoza, es uno de los asesinos de dos universitarios en la parroquia Divina Misericordia.
Mendoza, es ya un rostro familiar en los ataques a la iglesia, no solo participó activamente sembrando del terror, sino que además se encargó de documentar y difundir sus atrocidades con una escalofriante falta de remordimiento.
En una demostración de narcisismo, típico de la mente de un criminal que ansía ser visto y reconocido, Rugama no necesitó ser llevado a un interrogatorio.
Publica su crimen en Facebook
En su propio perfil de Facebook se convirtió en un archivo de sus crímenes. Allí, este paramilitar se jactó de su participación en los ataques a la Divina Misericordia, uno de los puntos álgidos de la brutal represión donde estudiantes universitarios desarmados y atrincherados, Gerald Vázquez y Francisco Flores, fueron vilmente asesinados por las balas de armas de guerra en manos de estos sicarios del régimen.
Pero la sede del reconocimiento de Mendoza no se detuvo ahí. En redes sociales circuló otra evidencia documental escalofriante: un video publicado por el mismo paramilitar donde se le ve interrogando violentamente a un sacerdote de Masaya, en el contexto de las protestas antigubernamentales de 2018.
Mendoza desafió las órdenes de la dictadura, que ordenó no utilizar teléfonos móviles durante las jornadas de represión, la orden tenía un fin, no generar evidencias, ni fotos ni videos, pero la jauría armada tenía sus propias normas.
Persecución contra la Iglesia Católica
Este servil y temido paramilitar grabó y difundió este acto de intimidación contra un líder religioso, vociferando con prepotencia y dejando al descubierto la impunidad con la que operaban estos grupos armados.
La indignación crece al conocer más detalles sobre este individuo. Se le ha visto bailando la macabra consigna “¡El comandante se queda!”, probablemente tras sus "fiestas de sangre", celebrando la represión y la muerte.
En otros videos, se muestra atrincherado, bebiendo licor y brindando por la “Revolución”, mientras de fondo se escuchan detonaciones. Los videos y las fotos que publica Edwin Mendoza evidencian las armas que estos paramilitares recibieron para reprimir y asesinar a cualquier ciudadano que osara disentir del régimen sandinista.
Videos como pruebas
Lo que Daniel Ortega y Rosario Murillo, ni sus jefes policiales y militares, jamás imaginaron, es que sus propios sicarios utilizarían las redes sociales como un escaparate de sus crímenes de lesa humanidad.
Edwin Rugama se erige como un símbolo de la brutalidad y la impunidad que a siete años de la represión contra el pueblo nicaragüense, un criminal que, en su delirio de grandeza, expone la verdadera cara del terror sembrado por los paramilitares al servicio de una dictadura sedienta de poder.
