¿Dónde está Leandro? Un mes, la alcantarilla no devuelve su cuerpo

Un mes ha pasado, un mes que se siente como una eternidad, desde que la tierra se tragó la sonrisa de Leandro Mangas, un niño de tan solo 5 años. El calendario marca el doloroso hito del viernes 26 de septiembre cuando, bajo un aguacero torrencial, la vida de esta familia se partió en dos.

MUNDO

DaríoMedios Internacional

10/27/20252 min read

El calendario marca el doloroso hito del viernes 26 de septiembre cuando, bajo un aguacero torrencial, la vida de esta familia se partió en dos.

Regresaba a casa, tomado de la mano de su madre y otros pequeños, cuando una corriente feroz, un río improvisado en las calles de Purral, San José-Costa Rica lo arrebató de la seguridad de su regazo. La imagen se ha tatuado en el alma de su madre: una alcantarilla sin tapa, un agujero negro que, en un instante brutal, se convirtió en la última visión de su hijo.

"Me agarró la desesperación y vi cómo se lo llevaba la corriente. La alcantarilla estaba sin tapa y solo se miraba negro... Yo no duermo, no me dan ganas de comer, mis otros hijos sufren y pido ayuda psicológica para mí y mis otros hijos."

Este desgarrador testimonio es el grito mudo de una madre que vive en el limbo, castigada por la impotencia.

La batalla contra la indiferencia y el clima

Cerca de 200 rescatistas han movilizado cielo y tierra en una búsqueda incansable. Han sondeado el oscuro y laberíntico sistema de alcantarillado, han recorrido cada metro de la quebrada Los Negritos, el punto de esperanza y dolor.

Pero la búsqueda se enfrentó a obstáculos que parecen insuperables: Las lluvias intensas de los últimos días han convertido el terreno en un lodazal peligroso, forzando la suspensión de los operativos de forma parcial, como si la naturaleza se aliara con la tragedia. La cercanía del Aeropuerto Tobías Bolaños mantiene los drones en tierra, privando a los equipos de una visión crucial.

A pesar de todo, la pregunta sigue flotando en el aire pesado de Purral: ¿Dónde está Leandro? Un grito de ayuda que no puede ser ignorado.

Sin embargo, el pasado 2 de octubre La Cruz Roja Costarricense (CRC) tomó la difícil decisión de suspender la búsqueda de Leandro Mangas.

Tras siete días de búsqueda intensiva siguiendo la ruta del río sin obtener resultados positivos, la CRC determinó finalizar las labores operativas.

El dolor ya no es solo de la madre; se ha apoderado de los hermanos pequeños de Leandro, que no entienden por qué su compañero de juegos no regresa. La familia enfrenta una pérdida ambigua, sin cuerpo, sin cierre, sumiéndolos en un ciclo de trauma y angustia.

¡La súplica urgente de esta familia no es por más rescatistas, sino por un salvavidas emocional!

Necesitan atención psicosocial inmediata para enfrentar esta tragedia y sanar las heridas invisibles que afectan profundamente a los niños