La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa su zarpazo contra la Iglesia Católica y evangélica en Nicaragua con el fin de ahogarlas económicamente y desaparecerlas.

Trabajadores de las diferentes alcaldías del país, dominadas por funcionarios orteguistas, han llegado a los templos para advertir que deben de pagar impuestos, según lo establecido en las reformas de las Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL) en Nicaragua.

Ante las medidas de la dictadura, tanto sacerdotes como pastores evangélicos se encuentran desconcertados porque los operarios del régimen no les han explicado como van a pagar los impuestos y bajo que modalidad serán.

La nueva medida recaudatoria de la dictadura, también alcanza a los pastores evangélicos y de otras denominaciones cristianas que se han mostrado leal o complacientes con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

De acuerdo con la abogada Martha Patricia Molina, tras las visitas de los funcionarios de las alcaldías, los obispos de Nicaragua han contratado a Contadores Públicos Autorizados (CPA) para tratar de poner al día el pago de impuestos de las diócesis.

“Varios obispos ya han contratado a contadores públicos para organizar la documentación y han enviado cartas a las alcaldías para solicitar información sobre las modalidades de pago y los montos a cobrar”, explicó Molina.

Según la abogada, “lo que corresponde en este caso es que los obispos contraten a expertos para que actúen de acuerdo con las leyes impuestas por la dictadura. Deben ser muy cuidadosos con las nuevas reformas, ya que cualquier mínimo error será utilizado como justificación para confiscar propiedades de forma masiva”, expresó.

Molina también advirtió que la capacidad de pago será otro desafío significativo para las iglesias.

El odio de Ortega contra la Iglesia

Desde el año 2018, el dictador Daniel Ortega ha arremetido contra la Iglesia Católica por la defensa de los derechos humanos durante las protestas de ese año, cuando la Policía reprimió a sangre y fuego a los nicaragüenses que exigían un cambio de gobierno en el país.

Según el conteo de la abogada Martha Patricia, desde el año 2018 hasta agosto de 2024, la dictadura había cometido más de 700 ataques en contra de la Iglesia Católica que van desde profanaciones, hasta encarcelamiento, destierro, confiscación y desnacionalización de obispos y sacerdotes.

La persecución del régimen también alcanzó al Nuncio Apostólico en Nicaragua, a quien la dictadura expulsó del país, en un claro ataque en contra de la Iglesia y que también ha alcanzado al Papa Francisco, siendo ofendido por el mismo Daniel Ortega.

Ortega también ha atacado a varias iglesias protestantes, ilegalizando aquellas que operaban a través de ONG. Incluso ha clausurado a la histórica Iglesia Morava, con más de 100 años de existencia y un papel crucial en la cultura y el desarrollo de la Costa Caribe.

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