Dictadura sandinista provoca despidos masivos y agrava crisis del Seguro Social en Nicaragua
La crisis del empleo en Nicaragua se agudiza en el último tramo de 2025 con miles de despidos en el sector privado, lo que ha provocado un nuevo colapso en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). El impacto es inmediato: más de 10,000 trabajadores fueron expulsados del sistema en apenas cuatro meses, según cifras oficiales que, aun maquilladas, revelan un panorama desolador.
ESCENARIO NACIONALECONOMÍANACIÓN
Darío Medios
9/22/20252 min read


La crisis del empleo en Nicaragua se agudiza en el último tramo de 2025 con miles de despidos en el sector privado, lo que ha provocado un nuevo colapso en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). El impacto es inmediato: más de 10,000 trabajadores fueron expulsados del sistema en apenas cuatro meses, según cifras oficiales que, aun maquilladas, revelan un panorama desolador.
De acuerdo con datos del Banco Central de Nicaragua, entre marzo y julio de este año, la base de afiliados activos del INSS cayó en 10,341 personas, un descenso abrupto que refleja la magnitud de la crisis laboral. Este desplome contrasta con el discurso oficial de crecimiento y prosperidad, repetido por la dictadura sandinista en sus medios de propaganda.
Lejos de ser el pilar de la seguridad social y económica del país, el INSS se ha convertido en lo que especialistas califican como un “cementerio de empleos formales” y una guarida de negocios opacos. Las pérdidas de afiliados, sumadas a la falta de transparencia en la administración de fondos, han llevado al organismo a un punto crítico.
Una tragedia humana detrás de las cifras
Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional han advertido en reiteradas ocasiones que el INSS se encuentra en quiebra técnica, sin reservas suficientes para sostener sus operaciones. La única manera en que ha logrado sobrevivir es mediante inyecciones de recursos estatales, fondos que provienen directamente de los contribuyentes y que en algunos casos incluyen bienes confiscados a opositores del régimen.
Esta práctica ha permitido a la dictadura extender artificialmente la vida de la institución, pero a costa de sacrificar la confianza en el sistema y condenar a miles de ciudadanos a la incertidumbre. Más allá de los números, la crisis del INSS representa un drama humano. Miles de familias nicaragüenses han perdido su acceso a servicios de salud, a un seguro social y a la posibilidad de una jubilación digna.
Lo que para el régimen sandinista es un indicador incómodo que intenta ocultar bajo discursos triunfalistas, para la población significa miseria, desempleo e incertidumbre. La caída de afiliados en el INSS es apenas la punta del iceberg de un modelo económico insostenible, marcado por la corrupción, la represión y la falta de oportunidades.
