Dictadura Ortega Murillo implementa nuevo sistema para trámites de apostillado tras denuncias de cobros ilegales

Luego de múltiples denuncias por cobros irregulares realizados por personas inescrupulosas y las largas filas que enfrentan los ciudadanos para tramitar el apostillado de documentos en la Cancillería, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha puesto en marcha un nuevo sistema de atención.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios 6

4/16/20252 min read

Luego de múltiples denuncias por cobros irregulares realizados por personas inescrupulosas y las largas filas que enfrentan los ciudadanos para tramitar el apostillado de documentos en la Cancillería, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha puesto en marcha un nuevo sistema de atención, en un intento por contener las críticas y aparentar eficiencia en el servicio público.

La nueva modalidad comenzó a aplicarse este Lunes Santo e incluye la instalación de toldos con sillas para evitar que los usuarios permanezcan de pie durante largas horas. Además, la medida busca frenar el cobro de hasta 1,500 córdobas por espacios privilegiados, una práctica que hasta la semana pasada era común entre quienes aprovechaban del desorden.

Cancillería incrementa digitadores

La Cancillería también ha incorporado un equipo de más de 40 personas, entre digitalizadores y edecanes, quienes ahora se encargan de solicitar la cédula de identidad a los usuarios, registrarlos y gestionar sus trámites correspondientes.

Antes de este cambio, la Cancillería atendía un promedio de 300 personas por día. Los turnos se asignaban según el orden en la fila: 200 números eran distribuidos a quienes llegaban temprano y otros 100 eran destinados a personas mayores de 60 años.

“Las filas eran extensas, y para poder estar entre los primeros 200 y optar a un número para ser atendido ese día, había que pagar entre 500 y 1,500 córdobas, según el lugar”, relató un usuario afectado a Radio La oficialista Primerísima.

De acuerdo con denuncias de los propios ciudadanos, los cobros eran realizados por personas que mantenían puestos de venta frente a la Cancillería y que se aprovechaban de la alta demanda, mientras los funcionarios ignoraban deliberadamente la situación.

“Esa gente hasta colocaba sillas en las filas para que nadie se metiera, y todo el desorden del cual éramos víctimas los usuarios era de conocimiento público, pero hasta ahora actuaron y al menos ya no se va a pagar por un lugar”, señaló el denunciante.

Dormían para tomar cupo

Algunos usuarios incluso pasaban la noche en el lugar para asegurar un turno, al no contar con los recursos para pagar a los revendedores.

Una fuente vinculada al proceso indicó que, por ahora, se mantendrá el ritmo de atención diaria. “De momento, lo atención que se maneja es que el ritmo de por día se va a mantener en 300 o un poco más, ya que la demanda de solicitud de apostillado supera nuestra capacidad de respuesta”, afirmó.