Dictadura en defensa de Nicolás Maduro amenaza a EEUU

En un acto de abierta provocación el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha expresado su respaldo incondicional a Nicolás Maduro, luego de que Estados Unidos ofreciera una recompensa histórica de 50 millones de dólares por su captura, acusándolo de narcoterrorismo.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios

8/9/20252 min read

En un acto de abierta provocación el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha expresado su respaldo incondicional a Nicolás Maduro, luego de que Estados Unidos ofreciera una recompensa histórica de 50 millones de dólares por su captura, acusándolo de narcoterrorismo.

La carta de apoyo, más allá de ser un simple gesto diplomático, revela el temor de la cúpula sandinista de enfrentar un futuro similar, con acusaciones de colaboración con cárteles de la droga. Señalamientos que ya han surgido en el pasado y que expertos en temas de seguridad ya han advertido.

La misiva, cargada de una retórica antiimperialista desgastada, califica la medida de EE.UU. como un "acto de agresión" y "un intento desesperado de los imperios por someter a los pueblos libres". Sin embargo, este discurso, que en el pasado pudo haber tenido algún eco, hoy suena a un intento por envalentonar una posición que se tambalea.

El régimen de Ortega tiene motivos para temer

Si las investigaciones de Estados Unidos establecen una conexión directa entre el gobierno nicaragüense y los cárteles de la droga, podrían ser ellos mismos, o incluso los hijos de la pareja presidencial, los imputados en un futuro con acusaciones similares. La solidaridad con Maduro es un escudo, una defensa preventiva en un tablero de ajedrez geopolítico en el que las piezas se mueven con rapidez y las alianzas se hacen y deshacen.

En un pasaje particularmente irónico de la carta, Murillo asegura que "ningún improperio, ninguna ocurrencia, ninguna demencia, ningún imperio les doblega, porque no se venden ni se rinden". Esta frase, que evoca la lucha sandinista de antaño, se utiliza ahora para justificar el apoyo a un dictador acusado de crímenes de narcoterrorismo, mientras la familia Ortega-Murillo se aferra al poder y suprime a cualquier voz disidente.

La carta es más un documento envalentonado que una verdadera muestra de apoyo. Es una declaración de principios que busca reafirmar una alianza política y un desafío a Estados Unidos, en un intento desesperado por defender su propia posición.