La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo volvió a pronunciarse este lunes sobre el conflicto en Medio Oriente, utilizando su respaldo a la causa palestina como plataforma para atacar a Estados Unidos y a Israel.

Durante su intervención diaria, Murillo leyó un comunicado oficial con fuertes críticas a las potencias occidentales, acusándolas de ser “cómplices” de las acciones de Israel en Gaza.

“El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional denuncia las atrocidades que están siendo cometidas en los territorios palestinos ocupados por Israel, particularmente en Gaza”, expresó Murillo, refiriéndose a “crímenes atroces” y asegurando que el Estado israelí impide el ingreso de ayuda humanitaria y lanza bombardeos sobre zonas civiles. No presentó datos verificables para respaldar esas afirmaciones.

La condena del régimen omite el contexto del ataque perpetrado por el grupo islamista Hamas el 7 de octubre de 2023, cuando más de 1,200 personas fueron asesinadas en territorio israelí y cientos secuestradas.

Israel —cuya respuesta militar ha continuado desde entonces— considera a Hamas un grupo terrorista, una calificación que comparten Estados Unidos y la Unión Europea.

En línea con el discurso de esa organización, Murillo calificó la ofensiva israelí como “crímenes de guerra” y pidió a la comunidad internacional detener su respaldo a Tel Aviv. “Israel ha anunciado públicamente su intención de ocupar la Franja de Gaza y expulsar a más de dos millones de palestinos. Es un intento claro de genocidio”, afirmó.

Contradicciones y discurso político

Murillo también acusó a los gobiernos occidentales de utilizar la tragedia palestina como un instrumento mediático.

“La verdad es que este mundo se ha convertido en una farándula grotesca, una trivialización del horror... divertirse a costa del sufrimiento humano es una forma criminal de distracción”, dijo, sin hacer mención a la represión sistemática y documentada que su propio gobierno ha ejercido en Nicaragua desde 2018.

En enero de 2024, Nicaragua solicitó sumarse a la demanda por genocidio presentada por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). También denunció a Alemania por “complicidad”, alegando que Berlín suministra armamento a Israel y suspendió financiamiento a la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.

Sin embargo, en abril de 2025, el régimen nicaragüense se retiró de forma discreta del proceso contra Israel, en lo que se interpreta como una maniobra para evitar tensiones con la nueva administración de Donald Trump en Washington.

Sorprendentemente, el 5 de abril volvió a anunciar su participación en el proceso judicial, en un giro que ha sido calificado como incoherente y oportunista.