Dictadora no desiste, anuncia nuevamente con bombos y platillos la inauguración del puente, desnivel Julio Buitrago

El régimen Ortega-Murillo ha vuelto a anunciar con euforia la inminente inauguración del paso a desnivel "Julio Buitrago", una obra vial que, lejos de convertirse en símbolo de progreso, ha terminado por representar la ineficiencia, la desinformación y la posible corrupción que rodea muchas de las iniciativas de infraestructura del oficialismo.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios

7/28/20252 min read

El régimen Ortega-Murillo ha vuelto a anunciar con euforia la inminente inauguración del paso a desnivel "Julio Buitrago", una obra vial que, lejos de convertirse en símbolo de progreso, ha terminado por representar la ineficiencia, la desinformación y la posible corrupción que rodea muchas de las iniciativas de infraestructura del oficialismo.

La vocera del régimen, Rosario Murillo, reapareció esta semana en sus acostumbradas alocuciones para proclamar, nuevamente, la conclusión de este proyecto, que ha sido anunciado y reanunciado en múltiples ocasiones desde su inicio. La magnitud del despliegue propagandístico contrasta con la percepción ciudadana: en Managua, muchos consideran que el famoso paso a desnivel sigue en construcción.

Una obra interminable

Desde que se colocó la primera piedra, el proyecto ha atravesado un mar de retrasos, plazos incumplidos y extensiones injustificadas. Aunque ha sido presentado como una solución al congestionado tráfico capitalino, el paso a desnivel Julio Buitrago se ha convertido en un símbolo de frustración para los conductores, comerciantes y vecinos de la zona, quienes han visto cómo la obra se alarga sin explicaciones claras.

Cada nuevo anuncio por parte de las autoridades parece más una estrategia desesperada por mostrar resultados que una verdadera finalización del proyecto. A esto se suma el uso del aparato mediático estatal para inflar la relevancia de actividades menores, mientras los grandes problemas de infraestructura siguen sin resolverse.

Sospechas de corrupción

La opacidad en torno al presupuesto destinado a esta construcción y la falta de fiscalización independiente han encendido las alarmas entre expertos en temas de transparencia. No es descabellado pensar que este retraso prolongado podría estar vinculado a malos manejos financieros o actos de corrupción, especialmente considerando los antecedentes de contrataciones directas y falta de rendición de cuentas en otras obras del régimen.

Los fondos utilizados, provenientes en su mayoría de recursos públicos, no han sido auditados ni presentados con claridad, lo que refuerza las sospechas de que tras la aparente lentitud hay intereses económicos ocultos.

Para los habitantes de la capital, este paso a desnivel ya no es un símbolo de esperanza, sino una burla constante. La reiteración del discurso triunfalista por parte del oficialismo contrasta con la experiencia diaria de miles de conductores atrapados en el caos vehicular de Managua, quienes ven cómo la infraestructura prometida sigue sin estar disponible.

En un país donde los proyectos viales deberían responder a necesidades urgentes y reales de movilidad, la utilización política de una obra inconclusa para generar titulares es una muestra más del profundo divorcio entre el discurso gubernamental y la realidad nacional.