¡Cuidado con su aguinaldo! Tránsito anda cazando para el régimen sandinista

Para Ortega y Murillo, las multas valen más que las vidas, aumentando en casi 20 % su recaudación por sanciones viales mientras crecen las muertes en carretera.

ESCENARIO NACIONALNACIÓNECONOMÍA

DaríoMedios Internacional

10/29/20252 min read

El régimen prevé recaudar más de 721 millones de córdobas en multas de tránsito durante 2026, un aumento del 19,7 % respecto al año anterior. Conductores denuncian que los agentes de Tránsito, en lugar de prevenir accidentes, están cazando aguinaldos en las carreteras.

Mientras decenas de nicaragüenses pierden la vida cada mes en accidentes viales, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha decidido hacer de las multas de tránsito una fuente de ingresos.

Según el Proyecto de Presupuesto General de la República 2026, el régimen proyecta un incremento del 19,74 % en la recaudación por multas y sanciones, al pasar de C$602,301.305 córdobas presupuestados en 2025 a C$721, 235, 905 córdobas para el próximo año.

El nuevo negocio del régimen: multar, no educar

En otras palabras, el orteguismo planea embolsarse 118,9 millones de córdobas adicionales, dinero que saldrá directamente del bolsillo de conductores, empresas y ciudadanos sancionados por distintas instituciones del Estado.

Lo que antes era un mecanismo regulador para prevenir accidentes, hoy se ha convertido en una estrategia de recaudación encubierta, ante la falta de financiamiento internacional producto de las sanciones y el aislamiento del régimen.

En lugar de promover seguridad y educación vial, la dictadura parece más interesada en exprimir cada córdoba en las carreteras, con operativos que se intensifican justo antes del pago de aguinaldos.

Tránsito: de autoridad a amenaza

Solo en el primer semestre de 2025, la Policía Sandinista recaudó 162,4 millones de córdobas en multas, según datos del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP).

En las calles, los conductores ya no ven a los agentes de Tránsito como garantes de seguridad, sino como una amenaza de mordidas, abusos y sanciones arbitrarias.

“Ya uno no teme chocar, sino toparse con un retén”, ironizó un conductor capitalino en redes sociales.

Los operativos policiales, lejos de prevenir tragedias viales, se han convertido en cuotas de recaudación disfrazadas de control, especialmente en los meses de noviembre y diciembre, cuando circula más dinero por el pago de aguinaldos.

Un país con más multas que seguridad

Mientras los agentes se concentran en detener vehículos y cobrar sanciones, las carreteras nicaragüenses siguen siendo trampas mortales.

La falta de mantenimiento, la escasa señalización y la ausencia de campañas de educación vial han convertido al país en uno de los más peligrosos de Centroamérica en materia de accidentes de tránsito.

Cada mes, decenas de personas mueren en las vías, pero la dictadura prefiere contabilizar ingresos en lugar de víctimas.

Para el régimen Ortega-Murillo, la prioridad no es salvar vidas, sino recaudar fondos en un país que ya no recibe cooperación internacional ni crédito externo.

Multas con sello político

Analistas consideran que la obsesión recaudatoria del régimen refleja una crisis fiscal creciente, que el Estado intenta compensar mediante sanciones y cobros a la ciudadanía.

En ese contexto, las multas de tránsito se han convertido en una caja registradora del régimen, tan rentable como injusta.

Mientras el pueblo paga el costo de circular por carreteras inseguras, el régimen celebra otro “logro” económico: recaudar más a costa del miedo y la necesidad.