El panorama laboral en el sector de la construcción en Costa Rica ha experimentado un giro inesperado en 2024, con la escasez de mano de obra nicaragüense como protagonista principal. Este fenómeno, que ha encendido alarmas entre los empresarios del gremio, pone en jaque no solo la continuidad de proyectos en marcha, sino también la posibilidad de iniciar nuevas obras, especialmente en regiones donde el auge de la construcción turística demanda más trabajadores de los que actualmente están disponibles. En ese sentido, Randall Murillo, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), expresó su preocupación ante lo que considera una crisis en el sector. En una entrevista con el programa Esta Noche y el medio digital Confidencial, Murillo detalló que hasta un 30 % de la mano de obra en la construcción costarricense ha sido históricamente nicaragüense. Sin embargo, la disminución de este personal, atribuida en gran parte a la emigración masiva hacia Estados Unidos, ha dejado un vacío difícil de llenar.
Éxodo de mano de obra nicaragüense
El experto en temas migratorios del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, señaló que entre 2018 y 2023 más de 400,000 nicaragüenses migraron hacia Estados Unidos de Norteamérica, muchos de ellos trabajadores que anteriormente formaban parte del engranaje laboral tanto en Nicaragua como en Costa Rica. Este éxodo ha impactado directamente en sectores que dependen de mano de obra extranjera, como la construcción, generando una escasez crítica en la oferta de trabajadores disponibles en Costa Rica. La situación es más acuciante en zonas como Guanacaste, donde se desarrollan grandes proyectos turísticos que requieren miles de obreros. Según Murillo, la demanda de mano de obra en esta región ha superado las expectativas, con una necesidad urgente de al menos 3,500 trabajadores adicionales para mantener el ritmo de las construcciones.
Ante esta crisis, los empresarios costarricenses han tenido que idear estrategias para atraer de nuevo a la fuerza laboral nicaragüense. Una de las medidas adoptadas ha sido la creación de una categoría especial de regularización migratoria para trabajadores del sector construcción, la cual permite una contratación expedita y legal de personal extranjero, especialmente nicaragüense.
Murillo explicó que las constructoras, en coordinación con el Ministerio de Trabajo y la Dirección de Migración de Costa Rica, han implementado un proceso simplificado para la emisión de permisos de trabajo. Este esquema no solo facilita la incorporación rápida de trabajadores, sino que también asegura que estos cuenten con todas las garantías legales y prestaciones sociales que establece la legislación costarricense.
No obstante, la implementación de este proceso no ha sido suficiente para contrarrestar la alta rotación de personal. Vallecillo, un pequeño empresario nicaragüense radicado en Costa Rica, comentó que la búsqueda de personal calificado se ha vuelto una tarea constante. “El problema es que algunos de los nuevos contratados no cumplen con los estándares requeridos, lo que obliga a buscar únicamente a personas recomendadas por costarricenses, ya que las recomendaciones internas son escasas”, explicó.
La migración como solución y problema
Mientras Costa Rica lucha por mantener su sector construcción a flote mediante la atracción de mano de obra extranjera, en Nicaragua, el panorama es diferente. Según las estadísticas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y el Banco Central de Nicaragua (BCN), el número de trabajadores asegurados en el sector construcción ha disminuido un 7.2 % en 2024, lo que refleja una contracción en el mercado laboral interno.
Este descenso contrasta con el incremento del 5.6 % en la cantidad de empleados en el sector construcción en Costa Rica durante el mismo período. Sin embargo, este crecimiento no ha sido suficiente para revertir la tendencia de escasez de mano de obra, ya que el número de trabajadores sigue siendo inferior al registrado en años anteriores.
Para trabajadores como Augusto, quien ha laborado en ambos países, las condiciones laborales en Costa Rica no siempre cumplen las expectativas. Su experiencia revela que, aunque los salarios pueden parecer atractivos en comparación con los de Nicaragua, las condiciones de trabajo y las promesas incumplidas por parte de algunos empleadores pueden llevar a la decepción y al retorno a su país de origen.
La crisis de mano de obra en el sector construcción costarricense es un reflejo de un problema más amplio: la migración masiva de nicaragüenses en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos. Este fenómeno ha dejado a las empresas constructoras en una situación precaria, obligándolas a adaptarse rápidamente a un mercado laboral cambiante y a buscar soluciones creativas para atraer y retener a los trabajadores necesarios para mantener la industria en marcha.
En este contexto, la cooperación entre el sector privado y las autoridades gubernamentales es crucial para asegurar que los trabajadores migrantes reciban un trato justo y que las empresas puedan contar con el personal necesario para llevar a cabo sus proyectos. Mientras tanto, los trabajadores nicaragüenses siguen evaluando las mejores opciones disponibles, ya sea en Costa Rica, Estados Unidos u otros destinos, en busca de estabilidad y mejores condiciones de vida.