La Policía sandinista detuvo en Managua a David Salomón Rosales Frixione, hijo del fallecido magistrado de la Corte Suprema de Justicia y operador político del régimen, Francisco “Chicón” Rosales Argüello, acusado de robo de propiedades mineras para extraer oro en el norte del país.

La captura ocurrió en su residencia en el residencial Satélite de Asososca, tras una denuncia que lo vincula con la usurpación de una concesión minera operada de manera irregular. De acuerdo con fuentes judiciales, el caso involucra a figuras de peso del poder económico nicaragüense, lo que sugiere que más que un acto de justicia, se trataría de un ajuste de cuentas interno dentro de las élites cercanas al régimen.

Rosales Fricciones es conocido en círculos legales por sus conflictos recurrentes por usurpación de tierras y presuntas operaciones ilícitas. Durante años, según denuncias recogidas por este medio, habría utilizado las influencias de su padre para intervenir en procesos judiciales e incluso amedrentar a jueces y secretarios invocando el apellido Rosales.

Según testimonios, Rosales Frixione solía presentarse personalmente en los complejos judiciales para presionar en casos de disputas de tierras, utilizando el peso político de su padre. En 2018, incluso fue arrestado en Costa Rica en un operativo antidrogas, aunque logró salir en libertad. En esa ocasión, las autoridades costarricenses capturaron a Mario Juan Pereira Ramos, un nicaragüense vinculado a redes internacionales de narcotráfico.

“se metió con alguien que no debía”

Esta vez, las fuentes consultadas afirman que su arresto podría tener un desenlace distinto, ya que se habría enfrentado a intereses intocables del poder económico y político en Nicaragua. . Fuentes extraoficiales señalan que el detenido “se metió con alguien que no debía”, lo que habría precipitado su caída.

La caída de David Salomón no es un hecho aislado dentro de la familia. Su hermano, Daniel Arturo Rosales Frixione, cumple condena desde 2023 por homicidio y lesiones graves, tras arrollar en estado de ebriedad a tres personas en el kilómetro 104 de la Carretera Panamericana.

El caso revela cómo las purgas internas del régimen no se detienen y cada vez alcanzan a figuras con más vínculos históricos en las estructuras del sandinismo. Rosario Murillo, quien ha dirigido con mano de hierro estas “limpiezas”, ha pasado de remover a altos mandos policiales y militares a tocar a descendientes de operadores políticos que alguna vez gozaron de poder e impunidad.

Lo que se presenta oficialmente como un proceso judicial contra Rosales Frixione es visto por analistas como un episodio más de la lucha interna por el control de poder, influencia y recursos dentro de un régimen que se devora a sus propios cuadros históricos.