La caída en desgracia de Bayardo Arce Castaño trajo consigo más purgas, esta vez en el Poder Judicial de Chontales, donde fueron destituidos Eduardo Carrillo y Carmen Escobar, mientras el magistrado Gerardo Arce, hermano de Bayardo se encuentra escondido. Así Rosario Murillo, pretende así desmantelar las redes de poder del exasesor presidencial, los funcionarios descartados eran cercanos al hermano al magistrado Gerardo Arce.

Eduardo Carrillo y Carmen Escobar fueron identificados por su larga lealtad al sandinismo, fueron sacados del complejo judicial de Juigalpa bajo custodia policial, según informante el magistrado Gerardo Arce, al parecer, ha optado por esconderse, anticipando quizás que la ola de despidos podría alcanzarlo.

La caída de Bayardo Arce, el 30 de julio por supuestas irregularidades financieras, se produjo poco después de que la Procuraduría General de la República le advirtiera que el desacato a sus investigaciones sería considerado un delito. Tras su captura por las fuerzas especiales de la DOEP, fue trasladado a El Chipote y finalmente al sistema penitenciario de La Modelo. Su asistente, Ricardo Bonilla, también fue detenido.

La remoción de Carrillo, un exjuez de larga trayectoria, y de Escobar, con más de tres décadas de servicio, simboliza la limpieza interna que Rosario Murillo ha estado orquestando para asegurar su control absoluto. Esta no es la primera vez que se observa una purga de este tipo; la salida de la expresidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos, en 2023, también fue vista como una maniobra para eliminar a figuras que no respondían a la cúpula actual.

Por años, el Poder Judicial estuvo bajo la influencia de figuras como Bayardo Arce y Lenin Cerna, quienes colocaron a magistrados afines. Aunque figuras como Marvin Aguilar y Armengol Cuadra llegaron a sus puestos con el beneplácito de Arce y Cerna, ahora su permanencia se basa en su lealtad a Murillo.

Este cambio en las alianzas de poder demuestra cómo el sandinismo está devorándose a sí mismo en una lucha por el control total, dejando atrás a aquellos que no juran lealtad a la nueva cúpula.