Agricorp despide a 200 empleados en medio de represalias contra Bayardo Arce
Agricorp, una de las principales distribuidoras agroindustriales de Nicaragua, ha ejecutado un despido masivo que afecta a unos 200 trabajadores, en medio de lo que excolaboradores y fuentes internas califican como represalias políticas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra el exasesor económico presidencial, Bayardo Arce Castaño.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
9/20/20252 min read


Agricorp, una de las principales distribuidoras agroindustriales de Nicaragua, ha ejecutado un despido masivo que afecta a unos 200 trabajadores, en medio de lo que excolaboradores y fuentes internas califican como represalias políticas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra el exasesor económico presidencial, Bayardo Arce Castaño.
Los recortes incluyen personal de diferentes niveles, desde gerentes de marca hasta supervisores y jefes de región, lo que revela la crisis más profunda que enfrenta la compañía en décadas. Agricorp, hasta hace poco un referente en la distribución de granos básicos, alimentos empacados y bebidas, se encuentra ahora reducida a su mínima expresión, con operaciones limitadas únicamente a la venta de arroz.
Según advirtieron a los empleados durante las notificaciones de despido, esta línea de negocio podría mantenerse, como máximo, un año más antes de su cierre definitivo, en caso de que no cambien las condiciones actuales.
“Asfixia económica” impulsado por el régimen
La crisis de Agricorp no se debe a un desplome del mercado, aseguran extrabajadores, sino a un proceso de “asfixia económica” impulsado por el régimen, que inició después de que Arce, propietario de la empresa y antiguo hombre de confianza de Ortega, cayó en desgracia y fue enviado a arresto domiciliar.
Desde entonces, Agricorp ha sido objeto de un estrangulamiento financiero y de presiones regulatorias que obligaron a suspender la distribución de sus principales marcas. El despido colectivo marca un nuevo golpe a la empresa y coloca a cientos de familias en una situación de incertidumbre laboral, mientras el futuro de una de las firmas más emblemáticas del sector agroindustrial queda en entredicho.
Las represalias contra Arce y la asfixia a Agricorp se enmarcan en un proceso más amplio de purgas internas dentro del Frente Sandinista. El régimen ha venido despojando de poder, influencia y negocios a antiguos aliados históricos que en algún momento fueron piezas clave en la estructura política y económica del orteguismo.
En este contexto, voces críticas dentro del sandinismo advierten que la desconfianza de Ortega y Murillo hacia su propio círculo cercano ha desatado una ola de represiones silenciosas, dirigidas contra figuras que hasta hace poco parecían intocables. Agricorp se convierte así en una nueva víctima colateral de las luchas internas que hoy marcan el rumbo del poder en Nicaragua.
