Absalón Pastora: Diputado tránsfuga que ataca a los enemigos de Murillo
Absalón Pastora, el diputado tránsfuga adepto a conveniencia de Rosario Murillo, apareció criticando a figuras sandinistas que cayeron en desgracia ante el poder creciente de la dictadora. Desde su programa de televisión, Pastora ha lanzado fuertes acusaciones sobre hombres ahora considera corruptos.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
8/12/20252 min read


Absalón Pastora, el diputado tránsfuga adepto a conveniencia de Rosario Murillo, apareció criticando a figuras sandinistas que cayeron en desgracia ante el poder creciente de la dictadora. Desde su programa de televisión, Pastora ha lanzado fuertes acusaciones sobre hombres ahora considera corruptos.
Pastora blandió su discurso de la lucha contra la corrupción, señalando a aquellos que, según él, se han enriquecido a costa del erario público, a costa del sandinismo. Sus críticas, particularmente virulentas parecen apuntar a Bayardo Arce, un histórico operador político del Frente Sandinista, ahora purgado. No se descarta tampoco que se refiera al mismo Lenin Cerna.
Resulta paradójico que Absalón Pastora hable de transparencia y la rendición de cuentas. Su propio historial político está lejos de ser impecable. Durante su tiempo como diputado, Pastora ha sido señalado por utilizar su influencia para beneficiar sus propios intereses mediáticos. Su programa de televisión ha recibido una considerable porción del pastel publicitario gubernamental, un privilegio que a menudo se otorga a figuras leales al régimen.
Un ataque a los "enemigos de los sandinistas"
Esta práctica levanta interrogantes sobre la autenticidad de su repentino fervor anticorrupción. Para muchos observadores, las críticas de Pastora parecen selectivas, dirigidas principalmente a aquellos que han perdido favor dentro del círculo gobernante, mientras que guarda silencio sobre las posibles irregularidades de quienes ostentan el poder actualmente.
Es irrisoria la vehemencia con la que Absalón Pastora ataca a los "enemigos sandinistas" de Rosario Murillo, especialmente a figuras que en el pasado fueron pilares del régimen. Su discurso, aunque revestido de una retórica anticorrupción, parece estar más enfocado en legitimar los movimientos internos del régimen y en descalificar a aquellos que no se alinean con la creciente influencia de Murillo.
Temor a ser el siguiente
El repentino fervor anticorrupción de Pastora se interpreta como una maniobra de supervivencia: mostrar lealtad ciega a la codictadora Murillo para no terminar en la lista de los purgados. En el turbulento ajedrez interno del sandinismo, sus embestidas contra los caídos no solo descalifican a viejos aliados, sino que también legitiman la narrativa oficial, reforzando la imagen de Murillo como “depuradora” del partido.
Así, el autoproclamado fiscal moral del sandinismo actúa más como un operador mediático del poder que como un verdadero denunciante, dejando claro que, en el juego de la política bajo la dictadura Ortega-Murillo, la supervivencia depende menos de la coherencia y más de la habilidad para apuntar el dedo en la dirección que conviene.
