El hijo perdido del dictador Somoza
Julio Néstor Somoza Debayle, heredero del poder absoluto, fue expulsado de West Point por consumo de drogas y cayó en desgracia antes del colapso del somocismo.
ESPECIALESESCENARIO NACIONALNACIÓN
DaríoMedios Internacional
10/24/20252 min read


Durante décadas, Nicaragua fue gobernada como un feudo familiar por la dinastía Somoza. En medio del lujo y el control político, un nombre se volvió símbolo de decadencia y exceso: Julio Néstor Somoza Debayle, el segundo de los cinco hijos del dictador Anastasio Somoza Debayle y Hope Portocarrero.
Nacido en 1952, creció entre privilegios y guardias armados, en una casa donde el poder era hereditario. Durante su juventud, fue visto como el heredero natural del régimen, el llamado a continuar el dominio familiar que por más de cuarenta años controló Nicaragua.
El heredero que no encajó
Anastasio Somoza Debayle quiso moldearlo como sucesor, enviándolo a la Academia Militar de West Point en Estados Unidos, donde los Somoza esperaban forjar su próxima generación de líderes. Sin embargo, Julio Néstor nunca se adaptó al rigor militar.
Fuentes históricas aseguran que fue expulsado por problemas de conducta y consumo de drogas, un hecho que quebró la relación con su padre. Desde entonces, el joven Somoza se convirtió en una figura incómoda, errática y marginada dentro del clan familiar.
De regreso a Nicaragua, llevó una vida de fiestas, escándalos y episodios violentos. Testimonios de la época recuerdan sus noches interminables, conducción temeraria y enfrentamientos con la policía, que eran silenciados por el poder del apellido Somoza.
Del lujo al exilio y la caída
Mientras su padre enfrentaba una creciente oposición armada y política, Julio Néstor se hundía entre excesos y problemas psicológicos.
Tras el derrocamiento de la dictadura en 1979, la familia Somoza huyó al exilio. Julio Néstor fue internado en un hospital psiquiátrico en Estados Unidos, marcando el final trágico de quien alguna vez fue visto como la continuación de un imperio familiar.
De Somoza a Ortega: los nuevos hijos del poder
Más de cuatro décadas después, Nicaragua vive otra dinastía política: Daniel Ortega y Rosario Murillo concentran el poder, y sus hijos ocupan posiciones estratégicas en medios, negocios y diplomacia.
Sin embargo, los paralelismos con el pasado resultan inevitables. Juan Carlos Ortega Murillo, hijo del actual dictador, ha sido señalado por su comportamiento errático, excesos, alcohol y consumo de drogas, así como por su relación con la ex Miss Nicaragua Xiomara Blandino.
En 2022, incluso propuso debatir la legalización del cannabis en Nicaragua, un tema que nunca prosperó. Hoy, tras haber sido expulsado de la dirección del Canal 8, medio de comunicación clave del aparato propagandístico sandinista, intenta reinventarse en la música, alejado del núcleo político de sus padres.
El espejo del poder
La historia de Julio Néstor Somoza Debayle no es solo una anécdota del pasado. Es un recordatorio de cómo los regímenes familiares, en su búsqueda por perpetuarse, acaban devorados por sus propios excesos.
Del hijo drogadicto de Somoza al heredero frustrado de Ortega, Nicaragua sigue repitiendo el mismo ciclo: el poder absoluto siempre deja herederos rotos.



