La presencia y figura de un padre presente va tejiendo en el alma de su hijo un amor singular, se dice que forja carácter, autonomía, seguridad e independencia, lo cierto es, que deja una nueva huella imborrable que hace emerger en sus recuerdos admiración, gratitud, respeto e inclusive compasión cuando el viejo ya está en el ocaso de su vida.
Parte de estos sentimientos impregnan la famosa canción Mi viejo, la más famosa en el mundo de habla hispana y uno de los himnos más grandes dedicado al padre, creada en 1969 por José Tcherkaski y Piero, ambos artistas argentinos que emergieron en la década de los ´60.
Estos dos jóvenes enlazaron sus caminos con esta inolvidable canción, en la que José puso palabras al amor que sentía por su padre y Piero lo armonizó con el sublime sonido de la música. Sin dudas, una canción como esta, antes de ser creada ya vivía en la mente del artista escurcando vivencias y sentimientos, luego pasó por el alma de su creador tomando forma entre verso y música hasta aflorar al mundo y hacer vibrar los sentimientos más sublimes.
José Tcherkaski es el autor del poema hecho canción Mi Viejo, la que asomó en 1965 en su primera publicación literaria titulada “Cosas de buenos Aires” específicamente en el poema “El Ambulante” que es el génesis de la famosa canción, dicho poema estaba dedicado a su padre quien era un vendedor ambulante, de allí surge entonces la idea que hace emerger el texto, la descripción física de quien camina lento, con una figura pesada.
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Mi viejo, más que una canción, un sentimiento
Es una letra que lleva un sentimiento autentico, una historia verdadera de lo que el autor vivió con su padre quien fue un inmigrante ruso que llegó a Argentina en el año 30 y murió cuando José tenia apenas 14 años, su viejo fue quien lo introdujo la literatura, ya que en sus tiempos libres leía a autores rusos y narraba a sus pequeños hijos diversas historias.
La canción te enfrenta con tu viejo, con tu padre, aflora lo que fue y lo que no, te hace verlo con la compasión que traen los pesados años invitándote a ser padre de tu padre, a cumplir con el ciclo de la vida cuando quien te llevaba en sus hombros ahora necesita de tu mano, de tu paciencia.
Quienes han interpretado esta sentida canción, coinciden en que es inevitable ver el rostro de su padre al momento de tararearla y sentir emerger inconscientemente las lágrimas.
Viejo mi querido viejo… por quienes aún están y ya caminan lento, por los que han partido dejando su presencia viva en el corazón de sus hijos y por quienes empiezan a calar en el alma de sus pequeños.
¡Feliz día del padre!