El renacer de las granjas de troles orteguistas es evidente, y pese a que fueron eliminadas por Facebook y Twitter en 2021, están al pie de guerra y ese resurgimiento revela que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo incluye y usa esta amplia red de páginas, grupos y usuarios dentro de su estrategia de “propaganda, desinformación y odio” en las redes sociales.
Se maneja que antes de la explosión social en contra el gobierno sandinista en abril de 2018, no le daban importancia a los troles, pero ahora meten las operaciones coordinadas y la desinformación dentro de toda la estrategia analógica y digital.
Es necesario destacar, que una de las funciones de esta granja es simular que hay muchísima gente apoyando sus tuits, sus posts en Facebook, pero al final, todo es una simulación.
En pocas palabras, son expertos en la manipulación y la mentira.
Entre esas páginas de troles, que incluyen medios sandinistas de propaganda aparecen: Redvolución, la Red de Jóvenes Comunicadores, Barricada, y Meta (Facebook) considera que “este tipo de redes siempre intenta regresar y evadir la detección en diversos servicios de Internet”.
Si bien las empresas Meta, Twitter y Google, saben de la existencia de las granjas orteguistas, en Nicaragua sólo hubo un desmantelamiento masivo de estas. Meta, por su parte, asegura que tienen “sistemas automáticos y manuales para detectar y eliminar estas redes de forma continua”.
Sin embargo, expertos es redes sociales aconsejan a los medios de comunicación documentar sus reportajes periodísticos en sus operaciones, ya que eso puede incidir en que haya nuevos desmantelamientos y demostrarle a la población lo que sucede.
“Los troles y su cultura terror de Estado”
Para el politólogo costarricense Vladimir de la Cruz, el terrorismo de Estado se produce cuando los gobiernos realizan actos o prácticas ilegítimas orientadas a producir miedo, terror, terror reverencial, deslegitimar opositores o críticas de opositores, y a fomentar y estimular comportamientos que sin esas acciones no se llegarían a producir contra ciudadanos, partidos políticos o cualquier forma de organización.
Según de la Cruz este proceder implica agresiones, ataques, y desinformar o falsamente distorsionar la imagen de las personas o entidad social o política.
“El terrorismo de Estado es cuando también se patrocinan grupos terroristas, como los troles o los realizadores de troles. Con esto se avanza hacia una cultura del miedo, a la percepción común del miedo como de la ansiedad en discursos públicos y en la relaciones personales, que pueda afectar a los medios de comunicación”, puntualizó el también analista político.
Finalmente, el politólogo destaca que ojalá otras naciones no imiten el terrorismo de Estado que se aplicó por las dictaduras y regímenes militares latinoamericanos hace pocos años.
“Entre otras dictaduras y gobiernos autoritarios, como sucedió en Argentina, Chile, en Colombia en distintos momentos de sus historia del Siglo XX, y bajo el gobierno a Alvaro Uribe, así como en Guatemala, El Salvador, Paraguay, en Perú bajo los gobiernos de Fernando Belaúnde (1980-1985), Alan García (1985-1990) y Alberto Fujimori (1990-2000), o recientemente, como ocurre en Nicaragua con Daniel Ortega”, enfatizó.