La reciente reunión entre altos mandos militares hondureños y el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, ha generado una oleada de críticas y tensiones diplomáticas entre Honduras y Estados Unidos. Laura Dogu, embajadora de EE.UU. en Honduras, expresó su preocupación tras el encuentro, calificando de “sorprendente” la presencia de autoridades hondureñas al lado de una figura vinculada al narcotráfico, en referencia a Padrino, quien ha sido señalado por Estados Unidos por sus supuestas conexiones con el tráfico de drogas.

Dogu cuestionó abiertamente la decisión de José Manuel Zelaya, ministro de Defensa de Honduras, y Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto, de participar en la reunión con Padrino. “No podía entender por qué decidieron hacer eso”, declaró Dogu, sugiriendo una contradicción con la postura oficial del gobierno de Xiomara Castro en su lucha contra el narcotráfico y la corrupción.

Respuesta del gobierno hondureño

Las declaraciones de Dogu no pasaron desapercibidas y generaron una respuesta inmediata del gobierno hondureño. Enrique Reina, canciller de Honduras, calificó los comentarios de Dogu como una “injerencia intolerable” y acusó a la embajadora de intentar descalificar a las autoridades hondureñas. “Insinuar o implicar que somos narcotraficantes y descalificar a nuestras autoridades es realmente una amenaza directa a nuestra independencia y soberanía”, expresó Reina, subrayando la importancia de defender la dignidad y la autonomía del país.

Por su parte, el ministro de Defensa, José Zelaya, arremetió contra la embajadora y describió sus declaraciones como un “ataque hipócrita”. Zelaya argumentó que Honduras mantiene relaciones diplomáticas con diversos países, incluyendo Estados Unidos, y que tales interacciones no deben ser objeto de juicios selectivos. “Asistimos a reuniones con autoridades de EE.UU., conscientes de que ellos son tolerantes, protegen y nunca capturan a sus narcotraficantes que operan dentro de EE.UU.”, afirmó Zelaya.

Otras reacciones del gobierno hondureño

Gustavo Sánchez, ministro de Seguridad, también se sumó a las críticas contra Dogu, reiterando que Honduras es un país soberano que mantiene relaciones con múltiples naciones en beneficio de su seguridad y desarrollo. “Nos hemos reunido con embajadores de EE.UU., China, Rusia, Israel, entre otros, y lo seguiremos haciendo”, enfatizó Sánchez, haciendo alusión a la diversidad de aliados internacionales con los que Honduras colabora.

Además, Allan Alvarenga, titular del Instituto Nacional de Migración, recordó que en el pasado, EE.UU. respaldó gobiernos hondureños vinculados al narcotráfico sin cuestionamientos, en clara referencia al expresidente Juan Orlando Hernández, quien enfrenta acusaciones por narcotráfico. “Las acusaciones de la embajadora Laura Dogu son inaceptables, cuando por años sí respaldaron una narco-dictadura guardando silencio”, señaló Alvarenga, exigiendo respeto por parte de la diplomática estadounidense.

Implicaciones diplomáticas y futuras acciones

Este intercambio de declaraciones ha reavivado las tensiones entre Honduras y Estados Unidos, países que históricamente han mantenido una relación compleja y, en ocasiones, conflictiva. No es la primera vez que la presencia de Laura Dogu en Honduras genera controversias; en el pasado, sus críticas al gobierno de Xiomara Castro y la elección de altos funcionarios hondureños también fueron vistas como actos de injerencia.

En respuesta a la polémica, la presidenta Xiomara Castro anunció que revisará el Tratado de Extradición con Estados Unidos, sugiriendo una posible denuncia del acuerdo. “La injerencia y el intervencionismo de los Estados Unidos, así como su intención de dirigir la política de Honduras a través de su Embajada y otros representantes, es intolerable”, expresó Castro a través de sus redes sociales. La decisión de denunciar un tratado de esta naturaleza representa un acto significativo en la política exterior hondureña y podría redefinir las dinámicas entre ambos países.