Dos astronautas de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos que volaron a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) en junio a bordo de la defectuosa cápsula Starliner de Boeing necesitarán regresar a la Tierra en una nave de SpaceX a principios del próximo año, anunció el jefe de la oficina federal aeroespacial, Bill Nelson.
El oficial también admitió que los problemas del sistema de propulsión de Starliner como demasiado riesgosos para llevar a su primera tripulación de regreso a casa.
La decisión de la agencia, al recurrir al principal rival espacial de Boeing para traer de vuelta a los astronautas, es una de las más importantes de la NASA en años. Boeing había esperado que su misión de prueba de Starliner redimiera el programa problemático después de años de dificultades en el desarrollo y más de 1.600 millones de dólares en sobrecostos desde 2016.
Nelson, hablando con periodistas en una conferencia de prensa en Houston, dijo que discutió la decisión de la agencia con el nuevo CEO de Boeing, Kelly Ortberg.
“Me expresó su intención de que continuarán trabajando en los problemas una vez que Starliner esté de regreso de manera segura,” dijo Nelson sobre Ortberg.
Boeing también está lidiando con problemas de calidad en la producción de aviones comerciales, sus productos más importantes.
Los astronautas veteranos de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams, ambos ex pilotos de pruebas militares, se convirtieron en la primera tripulación en viajar a bordo del Starliner el 5 de junio, cuando fueron lanzados a la ISS para lo que se esperaba fuera una misión de prueba de ocho días.
Pero el sistema de propulsión de Starliner sufrió una serie de fallas en las primeras 24 horas de su vuelo hacia la ISS, desencadenando meses de retrasos en cascada. Cinco de sus 28 propulsores fallaron y se produjeron varias fugas de helio, que se usa para presurizar los propulsores.
En una reorganización poco común de las operaciones de astronautas de la NASA, ahora se espera que los dos astronautas regresan en febrero de 2025 en una nave Crew Dragon de SpaceX, que se lanzará el próximo mes como parte de una misión rutinaria de rotación de astronautas. Dos de los cuatro asientos de la Crew Dragon se mantendrán vacíos para Wilmore y Williams.
Starliner se desacoplará de la ISS sin tripulación e intentará regresar a la Tierra como lo habría hecho con astronautas a bordo.
Boeing luchó durante años para desarrollar Starliner, una cápsula con forma de gota diseñada para competir con Crew Dragon como una segunda opción estadounidense para enviar tripulaciones de astronautas hacia y desde la órbita terrestre.
Starliner falló en una prueba en 2019 para lanzarse sin tripulación a la ISS, pero tuvo éxito en gran medida en un segundo intento en 2022, donde también encontró problemas con los propulsores. Su misión de junio con su primera tripulación era necesaria para que la NASA pudiera certificar la cápsula para vuelos rutinarios, pero ahora el camino hacia la certificación de la tripulación de Starliner se ha visto trastocado.
Desde que Starliner se acopló a la ISS en junio, Boeing se ha esforzado por investigar qué causó los problemas con los propulsores y las fugas de helio. La compañía organizó pruebas y simulaciones en la Tierra para recopilar datos que ha utilizado para intentar convencer a los funcionarios de la NASA de que Starliner es seguro para volar con la tripulación de regreso a casa.
Pero los resultados de esas pruebas plantearon preguntas de ingeniería más difíciles y, en última instancia, no lograron disipar las preocupaciones de los funcionarios de la NASA sobre la capacidad de Starliner para realizar su viaje de regreso tripulado, la parte más desafiante y compleja de la misión de prueba.
La decisión de la NASA, y el ahora incierto camino de Starliner hacia la certificación, se sumarán a las crisis que enfrenta Ortberg, quien comenzó este mes con el objetivo de reconstruir la reputación del fabricante de aviones después de que un panel de la puerta de un 737 MAX se desprendiera dramáticamente en pleno vuelo en enero.
TOMADO DE VOZ DE AMÉRICA