En el primer semestre de 2024, la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) de Nicaragua reportó una recaudación de 359.3 millones de córdobas por concepto de “multas” a migrantes que transitan hacia Estados Unidos. Este monto supera en un 163 % la meta inicial de 219 millones de córdobas establecida para este periodo. Esta significativa recaudación, oculta bajo el rubro de “otras tasas de servicio”, refleja una estrategia de monetización de la migración que ha sido objeto de crítica y sanciones internacionales.
Desde 2021, la DGME ha experimentado un aumento continuo en estas recaudaciones. Los migrantes, que cruzan Nicaragua en su camino hacia Estados Unidos, son obligados a pagar entre 150 y 200 dólares por un “salvoconducto” que les permite atravesar el país. Sin embargo, la naturaleza de estas “multas” ha sido criticada por carecer de justificación clara y legal, y por no estar debidamente regulada o documentada en los informes oficiales.
Este sistema ha sido comparado con un negocio lucrativo que ha explotado la situación de los migrantes. En 2023, el monto recaudado alcanzó un récord de 1664 millones de córdobas, superando los 1000 millones por primera vez. Los ingresos de 2022 y 2021 fueron de 966 millones y 608 millones de córdobas, respectivamente. Sin embargo, en comparación con el primer semestre de 2023, donde se recaudaron 666 millones de córdobas, los ingresos en el primer semestre de 2024 representan una disminución notable, a pesar del sobrecumplimiento de la meta.
La reducción en los ingresos, en contraste con el auge de los años anteriores, puede estar relacionada con las sanciones impuestas por Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses han señalado a Nicaragua por facilitar el tráfico y la trata de personas, implementando medidas restrictivas que incluyen el arresto de líderes migratorios y la detención de personal de aerolíneas involucradas en estos vuelos.
Adicionalmente, la reciente colaboración entre Estados Unidos y Panamá para repatriar migrantes del Tapón del Darién está destinada a reducir el volumen de migrantes que atraviesan Nicaragua, afectando así las recaudaciones por el cobro de salvoconductos. Según el investigador Manuel Orozco, entre 1200 y 2500 migrantes cruzaron diariamente el Darién entre enero de 2023 y mayo de 2024, con al menos 500 de ellos pagando el salvoconducto en Nicaragua. La disminución en el flujo migratorio esperado podría recortar significativamente los ingresos del régimen.
Diversificación y expansión de rutas migratorias
Nicaragua se ha convertido en un punto de tránsito crucial para migrantes provenientes de regiones sin conexión terrestre directa con Estados Unidos, como el Caribe, Asia y África. La política de exención de visado para nacionales de países como Cuba, Haití, y recientemente de diversas naciones africanas y asiáticas, ha transformado a Managua en una puerta de entrada para quienes buscan llegar al norte.
Entre 2023 y 2024, más de 300,000 personas han ingresado de manera irregular a Estados Unidos desde Nicaragua, representando casi el 10% de la migración en la frontera sur. La llegada de vuelos desde países lejanos, como India, Kazajistán y Libia, ha generado preocupación en la comunidad internacional. Un incidente notable ocurrió cuando un vuelo de Ghadames Air, operado desde Libia, fue interceptado en Francia debido a sospechas de tráfico de personas.
Los ingresos obtenidos por el régimen nicaragüense a través de tasas y multas de migrantes han sido significativos. Entre enero y octubre de 2023, se recaudaron aproximadamente 65.9 millones de dólares, con un ingreso adicional de 8.4 millones de dólares en los primeros tres meses de 2024. El sistema incluye ingresos de diversas fuentes: tasas por servicios migratorios, emisión de tarjetas de turismo, y otros trámites administrativos.
El régimen de Daniel Ortega ha convertido este flujo migratorio en una fuente de ingresos y una herramienta política. Según Manuel Orozco, el gobierno facilita una serie de servicios, desde la organización de vuelos hasta el procesamiento de visados, generando ingresos adicionales a través de impuestos y tasas asociadas con estos servicios.
Impacto en la política internacional
A nivel político, Nicaragua ha usado la migración irregular como un instrumento de presión contra Estados Unidos. El manejo de la migración y la apertura de nuevas rutas se perciben como una táctica para obtener concesiones de Washington. Sin embargo, este enfoque también ha traído consigo preocupaciones sobre seguridad y la llegada de individuos con antecedentes desconocidos.
La administración de Biden ha catalogado esta situación como una amenaza a la seguridad nacional, intensificando las sanciones y medidas contra el régimen nicaragüense. Aunque los gobiernos regionales colaboran para reducir la migración irregular, Nicaragua ha optado por mantener y expandir sus políticas migratorias.
En conclusión, la situación migratoria en Nicaragua ha evidenciado una estrategia de monetización que ha convertido a la migración en una fuente de ingresos significativa para el régimen de Ortega, al tiempo que ha generado tensiones con Estados Unidos y organismos internacionales. A medida que el flujo migratorio se ve afectado por nuevas políticas y sanciones, el impacto en los ingresos y en la dinámica política regional seguirá siendo un tema de relevancia y preocupación global.