A menos de dos meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Donald Trump, candidato republicano y expresidente, fue víctima de un aparente intento de asesinato mientras jugaba al golf en su club de West Palm Beach, Florida. Este ataque, el segundo contra Trump en menos de un año, ha generado una respuesta inmediata de las autoridades federales, quienes continúan investigando los hechos. El incidente ocurrió el domingo, en el Trump International Golf Club, mientras el exmandatario disfrutaba de su día de descanso.

Según informes del FBI y el Servicio Secreto verificados por medios internacionales, el intento de asesinato se produjo cuando Trump se desplazaba entre los hoyos cinco y seis del campo de golf. Los agentes del Servicio Secreto que lo escoltaban detectaron la presencia de un rifle entre los arbustos cercanos. De inmediato, abrieron fuego en dirección al sospechoso, quien logró huir en un vehículo. Aún no está claro si el atacante llegó a disparar. En una rápida operación, las fuerzas del orden lograron detener a Ryan Wesley Routh, un hombre de 58 años con antecedentes penales menores, quien fue capturado tras una persecución.

La detención fue posible gracias a una fotografía tomada por un testigo, quien logró capturar la matrícula del vehículo utilizado en la fuga. El automóvil, un SUV Nissan negro, fue rastreado por las autoridades, quienes localizaron a Routh poco después. Durante su captura, se encontraba desarmado y no opuso resistencia. La investigación inicial revela que Routh, un trabajador de la construcción originario de Hawái, tenía un historial de apoyo a Trump, ya que votó por él en 2016. Sin embargo, estaba registrado como independiente en sus últimos registros electorales.

Motivo aún por determinar

El FBI continúa trabajando para esclarecer el motivo detrás del ataque. Durante la inspección de la escena, las autoridades encontraron dos mochilas escondidas entre los arbustos, un rifle con mira telescópica y una cámara Go-Pro, lo que sugiere que el atacante podría haber planeado grabar el intento de asesinato. Las autoridades también están investigando las actividades recientes de Routh en redes sociales, plataformas donde, según se informa, había mostrado un interés inusualmente profundo en la guerra de Ucrania.

Este incidente ha conmocionado tanto al entorno político como al público estadounidense, especialmente porque es el segundo ataque contra Trump en pocos meses. El primer atentado ocurrió en julio de 2024 durante un mitin en Butler, Pensilvania, cuando un joven de 20 años, Matthew Crooks, fue abatido tras abrir fuego contra el expresidente, hiriéndolo. En ambos casos, la rápida actuación de los cuerpos de seguridad fue clave para evitar que los ataques tuvieran consecuencias fatales.

Reacciones en Washington y más allá

La noticia del intento de asesinato resonó inmediatamente en Washington y en todo el país. La Casa Blanca emitió un comunicado oficial en el que el presidente Joe Biden expresó su alivio de que Trump se encontrara ileso. “No hay lugar para la violencia política en nuestro país”, aseguró Biden. Asimismo, afirmó que había dado instrucciones a su equipo para garantizar que el Servicio Secreto continúe disponiendo de los recursos necesarios para proteger al expresidente.

Kamala Harris, vicepresidenta y actual candidata demócrata, también reaccionó rápidamente a los hechos. A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), expresó: “Me alegra saber que el expresidente está a salvo. La violencia no tiene cabida en Estados Unidos”. Las declaraciones de Harris y Biden muestran un frente unificado en cuanto a la condena de la violencia política, un tema que ha adquirido mayor relevancia en el marco de las tensiones electorales.

Por su parte, Trump no tardó en pronunciarse ante sus seguidores. A través de un correo electrónico enviado a su lista de recaudación de fondos, el candidato republicano afirmó que su “determinación es más fuerte que nunca”. “No bajaré el ritmo, ni me rendiré”, escribió. Este mensaje refuerza la imagen que ha construido a lo largo de su campaña, en la que se presenta como un líder dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo en su regreso a la Casa Blanca.

Un contexto de violencia política en aumento

El ataque a Trump se produce en un contexto donde los episodios de violencia política han ido en aumento. Aunque históricamente la violencia contra candidatos presidenciales ha sido rara en Estados Unidos, los últimos años han visto un incremento en las tensiones entre partidarios de distintas ideologías, lo que ha llevado a un ambiente electoral cada vez más polarizado.

En los últimos meses, se han reportado varios incidentes de amenazas y ataques tanto a políticos demócratas como republicanos.

La rápida captura de Routh ha sido vista como un logro para las fuerzas de seguridad, pero también ha planteado preguntas sobre cómo los mecanismos de protección pueden mejorarse para evitar que situaciones similares se repitan. La investigación en curso determinará si Routh actuó solo o si hay más implicados en este aparente intento de asesinato. Mientras tanto, el foco mediático sigue sobre la campaña de Trump, y el incidente podría tener un impacto en su narrativa política y electoral en los días previos a las elecciones.

Este segundo atentado contra Donald Trump no solo destaca la vulnerabilidad de los candidatos políticos en un clima de creciente tensión, sino que también plantea interrogantes sobre los límites de la violencia política en la actual contienda electoral en Estados Unidos. Con 50 días restantes antes de las elecciones, el impacto de este suceso en la campaña electoral aún está por verse.

Ryan Wesley Routh, arrestado bajo sospecha de intentar asesinar al expresidente Donald Trump, fue acusado hoy lunes de dos delitos relacionados con armas durante una audiencia en un tribunal federal en West Palm Beach, Florida. Trump tiene programada hoy una reunión con el director interino del Servicio Secreto, y por la noche planea presentar un nuevo proyecto de criptomonedas. Por otro lado, la vicepresidenta Kamala Harris se reuniría con la Hermandad Internacional de Camioneros, un sindicato que aún no ha respaldado a ningún candidato presidencial.