Rosario Murillo lo logró; el 2024 marcó un antes y un después en el ascenso al poder para la vocera de la dictadura propinando el tiro de gracia y cobrándole la factura pendiente a Daniel Ortega y sus aliados.
Rosario Murillo hizo posible que luego de tres intentos fallidos, los sandinistas retornaran al poder en el año 2007. Ahora el sandinismo y sus líderes pagan un alto precio.
El ascenso a la presidencia fue posible con un cambio radical de estrategia política. En Campaña, las clásicas músicas testimoniales que transmitían el dolor de la guerra fueron cambiadas por piezas atractivas y juveniles que hablaban de amor, libertad, y paz.
Murillo También cambió el rígido rojo y negro, por amigables colores pasteles. Y las fotos serias del “comandante”, fueron cambiadas por imágenes sonrientes de Daniel Ortega. Uno que otro discurso sobre la Paz y listo, Rosario Murillo lo logró.
Tras convencer al 38 % de la población votante, el FSLN llegó al poder, No es un logro de Ortega, ni de los comandantes, se lo debían a Rosario, la mujer de Daniel, quien desde el día “cero” sabía que cobraría el favor con creces y no sería una vicepresidente ornamental, su anhelo era ser la presidenta, 17 años después, ocupa la copresidencia, pero ¿A qué costo?
En los últimos años, la vice dictadora vive una consolidación del poder, liderando las purgas internas dentro de las instituciones del Estado. Estas purgas tienen como objetivo eliminar a figuras consideradas como disidentes y con altas probabilidades de traicionarla.
La Secretaría del Poder Ciudadano primero se convirtió en vicepresidenta y ahora como Copresidenta, eliminó de su camino a cualquiera que amenazara sus intereses. Por ello mantiene en aislamiento total a Daniel Ortega.
Fuentes cercanas al Carmen aseguran que el “comandante” vive la misma suerte que corrió su hermano Humberto Ortega y todo indica que también morirá en aislamiento.
Mientras muere, Daniel Ortega se encuentra desconectado de lo que fue su partido político, de las instituciones del gobierno, de sus amigos y de la comunidad internacional. Rosario Murillo está lista para gobernar.
Las Purgas: Nadie estuvo a salvo
Decenas de personas afines al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han sido arrestadas, encarceladas o desplazadas, Murillo busca ser el rostro del poder. En ese camino decenas de figuras han muerto, como el General en Retiro Humberto Ortega; o caído en desgracia, como la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos; o terminaron con sus carreras destruidas, como el escolta personal que fue expulsado con baja deshonrosa.
Empecemos con el ya fallecido General en retiro Humberto Ortega, quien no solo se atrevió a criticar a su hermano Daniel Ortega, también le dijo a todo el país, que no había sucesores del dictador y hasta se atrevió a hablar de elecciones y de diálogo.
Rosario Murillo fue vista vulnerable y ninguneada, y Humberto Ortega pagó con su vida. A partir de allí fue convertido en un preso político, sentenciado al aislamiento, tratado como un “traidor a la patria” empujarlo a su muerte, en una fría cama del hospital militar, lejos de los suyos.
Humberto Ortega Saavedra tenía 77 años, padecía una delicada enfermedad coronaria y murió por un paro cardiorrespiratorio, la madrugada del lunes 30 de septiembre.
Humberto Ortega fue jefe del Ejército de Nicaragua desde 1979 hasta 1995. Después del retorno de su hermano al poder, fue paulatinamente apartado, solía dar entrevistas de análisis y cuestionó discretamente a la mujer de su hermano.
Rosario Murillo puso fin a una hermandad que parecía irrompible entre Daniel y Humberto, ordenó su prisión domiciliar, lo aisló de su familia, lo encerró en su casa y lo dirigió a una muerte solitaria.
La copresidenta también purgó al jefe de la escolta personal de Daniel Ortega, el comisionado Marcos Alberto Acuña Avilés, conocido como “El Mapache”, quien supuestamente fue destituido tras un altercado con ella.
De ese enfrentamiento se sabe poco, sin embargo, una fuente anónima, dice que Acuña Avilés era leal a Ortega y no respondía a los intereses de Murillo.
Los 25 años de servicio a Ortega no le valieron al guardaespaldas que cayó en desgracia. Fue purgado el pasado mes de julio con una baja deshonrosa. Según un comunicado de la Policía sandinista por “desobedecer flagrantemente órdenes superiores, poniendo en riesgo la seguridad ciudadana”.
En el comunicado, la policía sancionada informó que Acuña Avilés sería juzgado por el delito de “incumplimiento de deberes, desobediencia e insubordinación”. Desde entonces permanece incomunicado y custodiado por oficiales, sin conocerse su paradero.
Otra de las purgas más violentas de este fue la de Alba Luz Ramos, quien fuera la presidenta de la Corte Suprema de Justicia.
La purga de Murillo alcanzó los pasillos del poder judicial en septiembre de 2023. Luego, el 25 de octubre de ese mismo año, Murillo ordenó intervenir ese órgano.
Junto a Alba Luz Ramos cayeron otros magistrados como Yadira Centeno. Ambas fueron expulsadas, interrogadas y escoltadas por la policía. Además, cayeron una larga lista de familiares o amigos de la familia, que ocupaban cargos públicos. La purga de Murillo dejó en evidencia el nepotismo, la corrupción y el tráfico de influencias en ese poder del Estado.
Alba Luz Ramos desapareció de la palestra pública. Pasó de ser una de las figuras más influyentes del país, a ser anulada por la copresidenta.
Destituciones de alcaldes: Consolidación del poder local
Este año 2024 Rosario Murillo emprendió destituciones masivas y anuló a alcaldes y vicealcaldes, sospechando de su falta de lealtad hacia ella.
Esta purga fue anunciada bajo la figura de “una compactación del Estado”, un “reordenamiento, reestructuración y rediseño” en alcaldías y otras instituciones gubernamentales.
Al menos 26 autoridades municipales cayeron en desgracia, en la búsqueda de Rosario Murillo para controlar las municipalidades.
La mayoría de estos funcionarios fueron removidos del cargo en silencio, en algunos casos obligados a presentar su renuncia. Las localidades repentinamente cambiaron de ediles en una supuesta cruzada anticorrupción, pero los señalados ni siquiera enfrentan cargos por las supuestas malversaciones o faltas a la transparencia.
Analistas consideran que la ola de destituciones es una estrategia de la copresidenta, de mantener sólo aquellos funcionarios con lealtad comprobada.
Entre la lista de funcionarias y funcionarios purgados este año, se encuentra la alcaldesa de Boaco. También Luis Arturo Averruz, alcalde de Murra. En Granada corrieron a Rosario Valdera López, y en Pueblo Nuevo, también despidieron a la alcaldesa. En Jalapa, Nindirí, Bluefields, Carazo y otros municipios, purgaron funcionarios.
Observatorios independientes que trabajan desde el exilio como Urnas Abiertas, subrayan que ninguno de los destituidos ha enfrentado procesos judiciales formales. Mientras advierten que el control absoluto de las alcaldías es un tiro de gracia a la autonomía de los gobiernos municipales, que ya se encontraba agonizante.
Para la población, las destituciones de alcaldes y vicealcaldes pasaron de lejos. Eran funcionarios ni siquiera elegidos legítimamente, fueron impuestos por la vía del fraude electoral, por el mismo régimen que los destituyó.
Daniel Ortega: Decrépito y aislado
¿Cuál es la situación de Daniel Ortega? Una fuente cercana al Carmen asegura que Ortega no tiene acceso a teléfonos celulares. Los dispositivos usados por él están bajo el control de Rosario Murillo, quien decide con quién habla y con quien no.
Una fuente cercana a la presidencia filtró que los viejos cuadros históricos, que hace algunos años tenían acceso a Daniel Ortega, ahora no pueden acercarse a él. Unas 15 personas que han sido totalmente apartadas.
Como si se tratara de un preso político más, Ortega no tiene autonomía para conversar con nadie. Así sea Bayardo Arce, Lenin Cerca, Doris Tijerino, y una lista muy cerrada de excombatientes sandinistas, que en algunos casos fueron convertidos en diputados eternos, permanecen en sus cargos, pero sin ninguna incidencia política.
Para ellos, el dictador que antes fue un compañero de lucha, ahora se convirtió en una figura lejana e inaccesible.
En una de las últimas apariciones públicas, Daniel Ortega fue visto desaliñado y decrépito, mientras algunos dudan que Ortega goce plenamente de las facultades mentales que necesita un dirigente de Estado.
A pesar de lo que ocurra con Ortega en los próximos meses, las reformas a la Constitución Política ya blindaron a Rosario, para que, al faltar el dictador, ella asuma el poder y lo comparta únicamente con unos de sus hijos.
Las purgas que emprende Rosario Murillo no responden a intereses partidarios ni al bien común, sino a su hambre desmedida de poder.
En sus alocuciones de cada medio día, Rosario Murillo dice con frecuencia que se debe “defender la paz a cualquier costo”, eso ha significado, vigilar, perseguir, acusar y encarcelar a seguidores sandinistas y a sus fieles militantes.