Amanda López( Nombre ficticio) una madre soltera con dos hijas a su cargo. Adquirió una deuda con un banco de su ciudad natal, Rivas, con la intención de usar ese dinero para poder sembrar plátano en seis manzanas de tierra.

Al inicio lo que parecía un sueño hecho realidad para sacar adelante a su familia, se convirtió rápidamente en una pesadilla, pues el precio de ese producto pasó de 22 a 5 córdobas el kilo.

El bajo precio del plátano ha golpeado con fuerza a los productores rivenses y Amanda ahora no halla la forma de saldar la deuda ni pagar la colegiatura de sus niñas.

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La situación coloca a Amanda entre la espada y la pared y ve la migración como la única solución, o bien, está considerando vender dos manzanas de tierra para amortiguar el golpe a su tambaleante economía.

Un productor de la Isla de Ometepe, que prefiere el anonimato por cuestiones de seguridad, aseveró que la caída del precio del plátano fue provocada por la crisis sociopolítica que afecta a Nicaragua desde 2018 y por la falta de compradores de Honduras y El Salvador.

“Con el estallido de la crisis sociopolítica, hay menos dinero y menos compradoras, y esto ha causado que la fruta se aglomere y baje de precio en los mercados de Managua, Jinotepe, Masaya, y Rivas”, dijo a Darío Medios el productor.

Cabe destacar que en otras plantaciones localizadas en Rivas, la unidad de plátano se vende a los intermediarios hasta en C$2.00, lo cual mantiene preocupados a pequeños productores como Amanda López.

“Siento una angustia en el pecho porque la situación parece no mejorar, no estamos sacando ni la mitad de lo que invertimos y los bancos no entienden de razones ni de crisis, quieren su dinero”, dijo Amanda con la voz apesadumbrada a Darío Medios.

“Mantienen la esperanza que haya más compradores de plátano”

Los productores confían en que un milagro los salve de la crisis, centran sus esperanzas en que el producto recupere su valor a partir de septiembre con la llegada masiva de compradores hondureños y salvadoreños.

El gremio también se ha visto afectado por los fuertes vientos que han azotado al departamento sureño entre enero y ferero y que han provocado la caída de centenares de racimos de plátanos en etapa prematura. 

Incluso, los más afectados por la caída son los productores de la Isla de Ometepe, Tola, Potosí y Buenos Aires.

En tanto, Amanda se levanta cada día a sembrar y vender el plátano obtenido de la cosecha en sus parcelas para al menos obtener un ingreso que le permita solventar algunos gastos sustanciales.

Cada día es una oportunidad para confiar que todo mejore en la vida de Amanda y su familia. Ella espera que el sol que sale las mañanas ilumine también el porvenir para beneficio de todos los plataneros.

“Confío en Dios que esto cambiará para bien, ya que nadie quiere emigrar y dejar a sus familias por una situación económica, pues tenemos tierras y queremos seguir trabajándolas con el sudor de nuestras frentes, honradamente”, finalizó diciendo Amanda con optimismo.

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El plátano, históricamente ha significado una gran alternativa para la economía de muchas familias Rivenses, que se dedican de lleno a esta actividad.

La capacidad de inversión según datos del régimen orteguista, ronda entre los 3,700 dólares y los 2,200 dólares.

El Departamento de Rivas se ha caracterizado por ser el mayor productor de plátanos; los datos más recientes revelan que en sus diez municipios se produce casi el 80 % de la producción nacional.