El periodismo digital enfrenta amenazas comunes ante gobiernos totalitarios. Tecnologías, leyes y la fuerza, son armas que apuntan a cercenar el derecho a informar e informarse en las plataformas digitales en países como Nicaragua, Venezuela y ahora El Salvador.
Periodistas y blogueros, denunciaron los mecanismos tecnológicos de control y vigilancia utilizados por sus gobiernos, en un conversatorio facilitado por la organización Centroamérica Cuenta.
Manuel Díaz, nicaragüense experto en tecnologías de la comunicación, no descarta que el régimen de Ortega obligue a los proveedores de internet en Nicaragua a limitar el acceso a determinado servicios o páginas
“Y con esto puede provocar que estas corporaciones internacionales se vayan del país y Ortega se ha preparado para ese escenario, porque tienen dos proveedoras aliadas operando en el país, una de origen chino y otra rusa” vaticinó Díaz, quien agrega que el gobierno sandinista no reproduce el modelo de venezolano o cubano, sino el de Corea del Norte, que a su juicio es más cerrado y cruel.
Díaz, también se refirió a La “granja de troles” -un esfuerzo coordinado para manipular el discurso público usando cuentas falsas de facebook – que comenzó en 2018 en un intento por denigrar a la oposición. Las cuentas se reproducían también TikTok y Twitter, según una comunicación oficial de Meta.
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800 mil teléfonos “pinchados” en Venezuela
Luz Melly Reyes, directora de la plataforma Efecto Cocuyo, sospecha que proveedores de internet se han coludido con el régimen de Maduro para limitar el acceso a la información.
Según Reyes, la empresa Telefónica informó recientemente en España, que el gobierno venezolano cuadriplicó las solicitudes de intervenir líneas telefónicas. De 234 mil en el 2017, aumentaron a 861 mil solicitudes.
“Un altísimo número de personas que sus teléfonos han sido pinchados. ¿Quiénes están pinchados? No se sabe. El gobierno dirá que es para combatir el crimen, pero por qué tantos intervenidos y cuál es el procedimiento” cuestionó Luz Melly, quien reprochó además los mecanismos poco transparentes de las proveedoras privadas de servicios de internet y telecomunicaciones en Venezuela al prestarse a bloqueos de páginas “Es hipocresía, porque esta empresa respeta las normas de la Unión Europea, pero en Venezuela transgrede las normas democráticas” refirió.
Pegasus, tecnología “agresiva”
José Luis Zans, periodista de la plataforma digital El Faro, explicó el uso de tecnologías utilizadas para el monitoreo y espionaje en El Salvador “Un caso extremo fue el uso de Pegasus, tecnología capaz de captar información de todos los dispositivos móviles. Al menos 34 periodistas y defensores de Derechos Humanos fuimos espiados como mínimo dos años por parte del gobierno Bukele” dijo Zans.
El periodista dijo que hay una estructura enorme de monitoreo de las comunicaciones digitales en redes sociales salvadoreñas, vigilancia que infunde miedo y empuja al silencio, logrando imponer la censura.
En ese país, la censura no alcanza los aparatos de comunicación oficialistas, los que han logrado imponer una narrativa que favorece a Nayib Bukele “Ese alcance y popularidad mediática no responde a procesos orgánicos. Hay una inversión en influencer, en pautas, enormes volúmenes de contenido pagado que alimenta una narrativa de reconocimiento internacional para El Salvador.
Cercanía con la audiencia protegería la libertad de prensa digital
Los panelistas coincidieron en que el periodismo digital no podrá enfrentarse solo a dictaduras que ostentan el poder económico y necesitan establecer nuevas relaciones con la audiencia.
José Luis Zans, considera que la comunicación digital debe ser más creativa y auténtica, “tenemos que hacer mejor periodismo, tenemos que explicarnos mejor, tenemos que competir con autenticidad, con verdad, pero sobre todo con cercanía” dijo Zans.
Por su parte Luz Melly Reyes, confía en la capacidad de generar comunidades que sostengan y protejan a la prensa digital “teniendo nuestras comunidades nos permitirán cuidarnos, atendernos y escucharnos. Protegernos no solo de un ataque puntual, sino de compartir información y establecer conversaciones muchísimo más cercanas con las audiencias”