Las autoridades de Nicaragua informaron que este martes entregaron a El Salvador a dos supuestos miembros de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), con lo que se eleva a 11 los arrestados y expulsados del país en los últimos cinco meses.

Los supuestos pandilleros de nacionalidad salvadoreña, que tienen orden de captura en El Salvador por los delitos de tráfico o tenencia de armas de fuego y homicidio agravado, fueron capturados el lunes pasado en la vía pública en el municipio de Chinandega, departamento (provincia) de Chinandega, cerca de la frontera con Honduras, detalló la Policía Orteguista, en una nota de prensa

“La Policía Nacional de Nicaragua, en coordinación con la Oficina Central de Interpol para América Central, con sede en San Salvador, entregó hoy martes 17 de septiembre a las autoridades de la Policía Nacional Civil de la República de El Salvador” a los sujetos de nacionalidad salvadoreña, presuntos miembros de la pandilla MS-13, dice el documento emitido.

Estos dos sujetos fueron entregados en el puesto de control fronterizo El Guasaule, que comparten Honduras y Nicaragua.

 pandilleros de las maras
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Policía sandinista insiste que en Nicaragua no hay pandillas

Las autoridades nicaragüenses han sostenido que en el país no operan las ‘maras’ o pandillas y que ese país centroamericano es el más seguro de la región.

La Mara Salvatrucha es considerada una de las más violentas por su vinculación con el narcotráfico, las extorsiones y los asesinatos. Tiene presencia en El Salvador y otros países.

 Y desde el 6 de abril de 2024 a la fecha, Nicaragua han entregado a El Salvador a 10 supuestos miembros de la pandilla MS-13, quienes eran buscados por la Policía salvadoreña por posesión y tenencia de droga y de arma de fuego, violación a menor, o bien tenían orden de captura por los delitos de organizaciones terroristas, extorsión agravada, proposición y conspiración de homicidio agravado, y homicidio agravado en su país.

El undécimo detenido y entregado a El Salvador es el presunto miembro de la pandilla Mara Sancocos de Sonsonate.

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, libra una guerra contra las pandillas, que llegaron a situar a El Salvador como uno de los países más violentos del mundo, en el marco de la cual han sido capturadas más de 78.000 personas bajo el amparo de un estado de excepción que se prolonga desde hace dos años y en medio de señalamientos de presuntas violaciones a los derechos humanos.