Una vez más, la ruta migratoria a través de México se tiñe de sangre. En las primeras horas de la mañana del jueves 29 de agosto, un trágico accidente en la Carretera Panamericana, a la altura del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, cobró la vida de tres migrantes, entre ellos una niña de apenas ocho años. El hecho ha sacudido a las comunidades migrantes que transitan por México en busca de una vida mejor y pone de nuevo en el foco las condiciones de vulnerabilidad en que viajan.

Víctimas: una niña nicaragüense, su padre y una mujer

Entre las víctimas mortales se encuentran Keyla Samara Gaytán Bravo, una niña nicaragüense de solo ocho años, y su padre Reynaldo Mauricio Gaytán Urbina, de 31 años. También perdió la vida una mujer ecuatoriana de 55 años, identificada como M.D.C. Los tres formaban parte de una caravana migrante que había iniciado su travesía cinco días antes en Santiago Niltepec, Oaxaca.

El Instituto Nacional de Migración (INM) informó que el grupo había sido atropellado por un vehículo particular mientras avanzaba por el kilómetro 31 de la Carretera Panamericana. A pesar de que el INM aseguró haber prestado asistencia desde el inicio de la caminata, testigos afirmaron que los migrantes transitaban sin ningún tipo de escolta o protección, lo que contribuyó a la tragedia.

El accidente se produjo cerca de las 5:00 a.m., en un tramo de la carretera donde la visibilidad y la seguridad son reducidas, factores que, sumados a la falta de protección, agravaron la situación. Un vehículo particular arrolló a los migrantes mientras avanzaban hacia su próximo punto de descanso en La Venta, Oaxaca. De acuerdo con testigos, el conductor del vehículo fue retenido por algunos migrantes y, en medio del caos, logró escapar hacia una zona boscosa, dejando su vehículo destrozado y abandonado en la escena.

Las autoridades detuvieron posteriormente a una persona identificada como J.V.R.R., quien quedó a disposición del Ministerio Público para determinar su responsabilidad en el accidente. La Fiscalía de Oaxaca ha iniciado una investigación pericial para esclarecer la mecánica del accidente y determinar cómo ocurrió el percance.

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Un grupo de sobrevivientes de este accidente pidieron visas humanitarias | Fotografía de El Universal

Operativo de rescate: contrarreloj

La tragedia desencadenó una rápida movilización de los servicios de emergencia en la zona. Equipos de rescate, ambulancias y personal médico llegaron al lugar para asistir a los heridos. Según el INM, 17 personas resultaron lesionadas, con diversas heridas de gravedad. De los heridos, 13 fueron trasladados en estado crítico al Hospital General de Juchitán de Zaragoza, mientras que otros cuatro fueron llevados al Hospital General de Ciudad Ixtepec. Horas después, una de las personas trasladadas, una mujer que había sido llevada a Juchitán, falleció debido a la gravedad de sus heridas, elevando el número de muertos a tres.

Este incidente se produce en un contexto de creciente migración irregular a través de México. Según la Unidad de Política Migratoria del Gobierno mexicano, la migración irregular ha aumentado un 193 % en el último año, superando las 712,000 personas en los primeros seis meses de 2024. Este aumento refleja la desesperación y el riesgo que enfrentan quienes intentan escapar de la violencia, la pobreza y la inestabilidad en sus países de origen, a menudo a costa de sus vidas.

A pesar de la tragedia, la caravana migrante decidió continuar su marcha. Alrededor de las 8:30 de la mañana del mismo día, el grupo de aproximadamente 624 personas reanudó su recorrido hacia el norte, desafiando el peligro y las adversidades del camino. La decisión de seguir adelante, incluso después de un evento tan devastador, subraya la determinación de estos migrantes de buscar un futuro mejor, a pesar de los riesgos.

El INM, en su comunicado oficial, aseguró que brindará asistencia a las familias de los fallecidos y se hará cargo de los gastos funerarios. Asimismo, ha iniciado comunicación con las autoridades consulares correspondientes para facilitar los trámites necesarios.

Este trágico accidente resalta una vez más la urgencia de abordar la crisis migratoria con medidas que protejan y asistan de manera efectiva a los migrantes en su tránsito por México. La vulnerabilidad de estos grupos y la falta de protección adecuada continúan siendo factores determinantes en la perpetuación de tragedias como esta. Mientras tanto, la marcha migrante sigue su curso, dejando atrás una estela de dolor y pérdida en su camino hacia un futuro incierto.