El pasado 28 de julio de 2024 se produjo un colosal fraude electoral en las elecciones presidenciales de Venezuela. El Consejo Nacional Electoral (CNE), bajo el control del régimen chavista, declaró ganador al dictador Nicolás Maduro, lo que provocó el descontento de decenas de miles de venezolanos que votaron masivamente por un cambio de sistema en el país suramericano.
Los líderes de la oposición venezolana, entre ellos María Corina Machado, denunciaron en una conferencia de prensa que, según las actas en su poder, Edmundo González Urrutia ganó la presidencia de forma contundente.
Según la ONG Laboratorio de Paz, dedicada a realizar investigaciones y análisis sobre democracia y derechos humanos, el lunes 29 de julio ocurrieron al menos 210 protestas en Venezuela. Los manifestantes derribaron símbolos del chavismo, realizaron concentraciones frente a sedes de poderes municipales y regionales y oficinas del Consejo Nacional Electoral (CNE), desmantelaron propaganda electoral del candidato del régimen chavista, y derribaron ocho efigies, incluida una en tributo al fallecido expresidente Hugo Chávez. También se registraron incendios en alcaldías y oficinas del Partido Socialista Unido de Venezuela. Durante la jornada, hubo personas asesinadas por la fuerza del régimen chavista, además de manifestantes detenidos y desaparecidos.
Las protestas fueron autoconvocadas, espontáneas y diseminadas. Los manifestantes provenían de sectores populares, aunque también se registraron movilizaciones de clase media. La principal demanda de los manifestantes era rechazar la proclamación ilícita de Nicolás Maduro y reivindicar la victoria de Edmundo González Urrutia. La demolición de la estatua de Hugo Chávez simboliza un deseo de cambio y la determinación de pasar a otra etapa.
Un opositor nicaragüense desterrado a Estados Unidos por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo declaró, en condición de anonimato a Darío Medios Internacional, que la acción de los manifestantes venezolanos de derrumbar la estatua del fallecido expresidente Hugo Chávez refleja el deseo de cambio y de superar una etapa que pudo haber ilusionado a muchos, pero que terminó defraudando a la población. Quienes destruyen los monumentos a Chávez expresan su determinación de pasar la página y dejar atrás un chavismo que empobreció, coartó las libertades, dividió al país y lo destruyó social y económicamente.
Mientras tanto, Juan Pan-Montojo, vicepresidente de la Asociación de Historia Contemporánea de España, sostiene que “demoler una imagen es una manera de expresar unas posiciones en el espacio público, de enviar un mensaje mediáticamente muy potente”.
Laboratorio de Paz advierte sobre violencia estatal previa a las votaciones en Venezuela
Laboratorio de Paz reportó 76 detenciones “arbitrarias” en Venezuela antes de las votaciones presidenciales, así como un aumento de detenciones contra la oposición, violencia estatal y el uso de portales virtuales públicos para hacer campaña a favor del chavismo. También se registraron 28 casos de “hostigamiento” perpetrados por agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), seis agresiones físicas o psicológicas, 20 casos de represalias contra personas que trabajaban en las campañas y cuatro intentos de retención de bienes. Además, se reportaron 13 casos de violaciones a la libertad de expresión e información, cinco bloqueos a sitios de verificación de información y otros portales web, y ataques a medios y organizaciones que defienden la libertad de opinión y expresión, indicó el organismo.
La ONG advirtió sobre “la judicialización del derecho a la participación política”. Los casos fueron documentados con el apoyo de otras organizaciones que también monitorean la situación de derechos humanos en Venezuela.
El período analizado fue entre el 4 y el 19 de julio, y la mayor cantidad de detenciones fue registrada en el estado Táchira, fronterizo con Colombia.