En su alocución de este lunes, 15 de enero, a través de los medios de la propaganda gubernamental, la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, guardó silencio luego que su régimen ordenara el destierro hacia el Vaticano de 19 religiosos.
La intervención de la portavoz del régimen de Ortega, que duró un poco más de ocho minutos, la utilizó para anunciar el inicio de clases de la sandinista Universidad Casimiro Sotelo, instalada en la robada Universidad Centroamericana (UCA).
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«Hoy lunes celebramos con alegría que inician las clases en la Universidad Nacional Casimiro Sotelo. Casi cinco mil estudiantes de nuevo y reingreso se han presentado a esa casa de estudios», informó la también primera dama.
A la vez aprovechó para felicitar a la sandinista Ramona Rodríguez, presidenta del CNU y a Alejandro Genet, rector de la Casimiro Sotelo, «que ha recibido a los estudiantes en el aula magna de la universidad».
Por otra parte, Murillo anunció que el próximo mes de febrero su régimen celebrará la insurrección popular de Monimbó, barrio de Masaya que durante la rebelión del 2018 acribilló a balazos.
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A diferencia de otras ocasiones, en la que la vicedictadora se mofa y ataca a la oposición, luego de desterrar o imponer su autoritarismo, esta vez prefirió callar y dedicarse a anunciar sus actividades políticas.
Se desconoce si el silencio de Murillo, luego de ordenar el destierro de monseñor Álvarez y de 18 religiosos, será la misa actitud del dictador Daniel Ortega.
Con el destierro hacia el Vaticano de los 19 religiosos, el régimen orteguista suma a su lista 31 religiosos que manda a la Santa Sede, en medio de la presión de la comunidad internacional y los llamados al dialogo del papa Francisco.
