Durante la homilía de este tres de diciembre, Monseñor Silvio Báez, invitó a la feligresía a “despertar y estar “atentos a nuestro corazón para no dejarnos arrastrar por la tristeza” y “no ser engañados por las mentiras de los poderosos”, a quienes señaló de generar altaneros discursos amenazantes.
“Que sus discursos altaneros y sus amenazas no nos atemoricen ni nos hagan creer que los esfuerzos por transformar la sociedad son inútiles. No nos dejemos arrastrar por la indiferencia, no nos resignemos a vivir con miedo, ni nos acostumbremos a la injusticia y al sometimiento de los tiranos. No nos durmamos”, dijo Monseñor.
No obstante, el Obispo Báez recordó que el “estar dormidos, es vivir en la inconciencia, en el derrotismo y en la mediocridad”, asegurando que “Jesús nos invita a despertar” y estar alertas ante los cambios.
“Dolores de parto”
Sobre esa misma línea el sacerdote quien celebró la santa misa en la Iglesia Santa Ágata de Miami, resaltó que durante los esfuerzos para construir una nueva sociedad, “el futuro puede ser incierto” y que en algún momento determinado “podemos estar cansados y sentirnos desanimados ante tantos errores y fracasos”, sin embargó aseguró que “todo esto no es el final”.
“Son solo dolores de parto de una nueva sociedad que está por nacer. No hay que desanimarse. El Señor que está por venir nos asegura el triunfo de la libertad y la justicia. Cuando todo se vuelve oscuro, la historia indescifrable y el futuro incierto, es cuando más despiertos debemos estar”, aseguró.
En sus palabras de esperanza, Monseñor Báez agregó que no se debe de “apagar la luz de la conciencia, el espíritu solidario y la capacidad de soñar”, enfatizando que es en ese momento que “más lúcidos debemos ser, con realismo, humildad y esperanza.
“En adviento celebramos algo muy sencillo, pero al mismo tiempo grandioso, algo que debe animarnos cada día: “el Señor está cerca”. La cercanía del Señor nos invita a levantar la cabeza, mirando hacia adelante sin quedarnos en lo que ya pasó. No vivamos de recuerdos o nostalgias. No nos quedemos añorando un pasado tal vez más dichoso, más seguro o menos problemático”, dijo el sacerdote.
Monseñor Baéz: asumir problemas y dificultades con creatividad
Por último, Báez recalcó que quienes ponen “su esperanza en el señor”, son realistas, asumiendo los problemas que se presentan y las dificultadas de manera creativa, “dando pasos, buscando soluciones y contagiando confianza, convencido de que lo mejor está todavía por llegar”.
“El tiempo de adviento es un tiempo propicio para comprender que los acontecimientos de cada día, por difíciles e incomprensibles que nos parezcan, son siempre gestos de amor que Dios nos dirige, signos de su atención por cada uno de nosotros”. En toda dificultad hay una nueva oportunidad, en cada obstáculo una lección, en cada tropiezo un nuevo camino para recorrer. Iniciemos el tiempo del adviento velando, sin distraernos ni dormirnos”, concluyó Monseñor Báez.
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