El obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, quien se encuentra pagando pena injusta de 26 años de prisión por orden del régimen de Daniel Ortega, y la abogada y defensora de derechos humanos en Nicaragua, Vilma Núñez de Escorcia, han sido elegidos entre los tres finalistas del Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2023.

La decisión fue anunciada este jueves, tras una votación secreta conjunta de las comisiones de Asuntos Exteriores y Desarrollo y de la Subcomisión de Derechos Humanos.

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Los otros dos finalistas son Mahsa Amini y el Movimiento Mujer, Vida, Libertad en Irán, y Mujeres luchando por un aborto libre, seguro y legal: Justyna Wydrzyńska, Morena Herrera y Colleen McNicholas.

Impulsan campaña para votar por monseñor Álvarez y la Dra. Vilma Núñez

A tan solo siete días para que se conozca el ganador del premio Sárajov 2023 al cual están nominados monseñor Rolando Álvarez, obispo preso político de la dictadura de Daniel Ortega y la defensora de derechos humanos Vilma Núñez, la organización Raza e Igualdad lanzó un tuitazo para apoyar a los nicaragüenses nominados.

El organismo indicó a los usuarios de la red social X, mejor conocida como Twitter que para promover la candidatura de monseñor Álvarez y de Núñez deben usar los hashtag #NicaraguaEnPremioSájarov y #PremioSájarov y etiquetar o mencionar a los eurodiputados, quienes tendrán el trabajo de elegir a los nominados, ya que el premio Sárajov es impulsado por el Parlamento Europeo.

“Premio Sárajov es una oportunidad única para reconocer la valiente lucha y el sacrificio de las personas defensoras de DDHH nicaragüenses, quienes a pesar de los graves riesgos a sus vidas, siguen trabajando por la restauración de la democracia”, escribió Raza e Igualdad en su cuenta de X.

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Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, está en cautiverio desde el 4 de agosto del año 2022 por órdenes del régimen de Daniel Ortega. El líder religioso permanece en una celda de castigo en la cárcel La Modelo, tras ser condenado a 26 años y cuatro meses de prisión, acusado por el supuesto delito de “traición a la patria”.

El religioso es una de las voces más críticas de la dictadura sandinista y fue quien en reiteradas ocasiones habló sobre las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua.