Los volcanes retumbaron, desde el Concepción hasta el Casita de oyó una explosión de alegría y los zanates cantaron de felicidad al ver su linda representante en Miss Universo.
“La cualidad que me ha inspirado y he llevado a inspirar a muchas mujeres y niñas el día de hoy, es la humildad, y aprender a agradecer las pequeñas cosas, porque es ahí donde está lo más valioso, es la esencia del ser humano”, con esa respuesta Sheynnis sellaba su fase a la final de la mujer más bella del globo terráqueo.
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Su primer nombre es Reyna, pero todos la conocen como Sheynnis Alondra Palacios, y desde los 15 años inició en el mundo de las pasarelas, emprendedora, periodista y recientemente, le da honor a su nombre, es la nueva Reina de la belleza universal, Miss Universo 2023,
“Su historia: un diamante en bruto que empezó a pulirse”
Reyna Sheynnis Alondra Palacios Cornejo nació en la madrugada del 30 de mayo del 2000 en Diriamba, Carazo, Nicaragua, hija de Mariano Palacios y Raquel Cornejo. Desde joven le encantaron los certámenes de belleza. Estudió en el Instituto Pedagógico la Salle, donde fue partícipe del certamen Miss Lasallista.
La noche del 18 de noviembre de 2023, marcó la historia de la belleza nicaragüense, siendo coronada como Miss Universo 2023, primera pinolera en alzarse con la corona más importante del mundo de la belleza, entre llantos de alegría, Sheynnis gritó: Te amo mamá.
Los especialistas en reinados de belleza ven en ella a una reina físicamente fuera del molde, porque se apartó del típico cabello largo que se cree es símbolo de feminidad. Ella misma ha compartido lo cómoda que se siente con su look.
Actualmente Sheynnis tiene un proyecto denominado “Entiende tu mente”, que aborda diferentes temas sobre la salud mental, a raíz de una experiencia propia, pues fue paciente de ansiedad, enfermedad que superó, y ahora dirige “un proyecto social en donde he ayudado a más de 60 mujeres que hoy en día pueden alzar su voz, sentirse acompañadas”, expresó en sus entrevistas.
“Nicaragua en los ojos del mundo también por el deporte”
En un parpadeo, Nicaragua ha estado en los principales titulares del mundo, y no solo por asuntos políticos, sino porque sus hijos e hijas han resaltado su nombre y hecho eco al talento que poseen gracias a sus sobresalientes desempeños en diversas ramas.
Los pinoleros siguen brillando con luz propia, ejemplo de ellos es el Real Estelí, bicampeón de Nicaragua, que hizo historia este mes al ganar por primera vez al Saprissa, de Costa Rica, en un partido tan trascendental como el encuentro de ida de los cuartos de final de la Copa Centroamericana.
Asimismo, venció al CAI en Panamá, tras sellar su pase a la gran final de la Concacaf.
Y sí, 6 millones de nicaragüenses seguimos soñando en grande, porque ya Rubén Darío nos entrenó la mente al decir: “Si la patria es pequeña, uno grande la sueña”.
Duque Hebbert, el joven costeño que hizo historia en el Clásico Mundial de Béisbol
Cuando era un niño, los juguetes de Duque Hebbert eran pelotas de beisbol, algunas de calcetines. Tenía 7 años cuando se acercó a los campos de beisbol en Puerto Cabezas, municipio de la Costa Caribe Norte en Nicaragua, de donde es originario.
Este joven le dedica tiempo completo al béisbol, y desde niño integró la selección infantil de Puerto Cabezas y luego entró en las categorías AA y AAA, siempre en la Costa Caribe.
Duque era parte del equipo de la Selección Nacional de Béisbol que participó en el Clásico Mundial en Estados Unidos. Era el menor de todos los peloteros.
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En su encuentro contra el equipo de República Dominicana, Duque fue llevado a la loma como pitcher para hacer sus lanzamientos. Nicaragua perdía 6 a 1 cuando él asumió la novena entrada relevando a Joaquín Acuña.
Asegura que nunca pensó en llegar a un Clásico Mundial. «Soy un chavalo fuerte y nunca agaché la cabeza», dijo, mientras esperaba en el aeropuerto de Managua para viajar a República Dominicana para su entrenamiento. Gracias a esta hazaña, Hebbert firmará contrato con el equipo Detroit Tigers.
Después de su participación en el Clásico Mundial de Béisbol regresó a su natal Puerto Cabezas, donde fue recibido como un héroe por la población que se desbordó para abrazarlo.
