En un contexto marcado por la migración masiva en América Latina y el Caribe, México ha experimentado una significativa disminución en las solicitudes de refugio durante el 2024. De enero a agosto, 52,395 extranjeros han solicitado la condición de refugiado, lo que representa una reducción del 48 % en comparación con el mismo período del año anterior, cuando se rompió el récord con 140,812 peticiones, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). Esta disminución, sin embargo, no refleja una mejora en las condiciones de los países de origen, sino más bien un cambio en la dinámica migratoria y las políticas de acogida.
Principales nacionalidades solicitantes
Honduras sigue siendo el país con el mayor número de solicitudes de asilo en México, con 21,529 peticiones en lo que va del año. Le siguen Cuba con 11,052 solicitudes, y Haití con 4,916. Otros países con un número considerable de solicitudes incluyen El Salvador (4,185), Venezuela (3,055), Guatemala (2,928), y Colombia (1,522). Sin embargo, destaca el caso de Nicaragua, que solo ha registrado 666 solicitudes, una cifra notablemente baja comparada con la situación sociopolítica que enfrenta el país. Es importante mencionar que algunas solicitudes de Ecuador y Chile corresponden a hijos de ciudadanos haitianos, un reflejo de la creciente movilidad de poblaciones del Caribe en la región.
La pandemia de Covid-19 y la creciente inseguridad en varias regiones de América Latina han alterado significativamente los flujos migratorios hacia México. Según Fernanda González, representante de la organización FM4 Paso Libre, cada vez más migrantes viajan en familia, lo que complica la situación en los albergues y los servicios de atención. Además, se ha observado un aumento en la presencia de migrantes de nacionalidades menos comunes, como nicaragüenses, ecuatorianos y personas del norte de África.
Este cambio demográfico en los flujos migratorios ha llevado a ocho organizaciones civiles en Jalisco, cuarta entidad con mayor migración en México, a formar la Alianza por la Movilidad Humana. Esta iniciativa busca garantizar derechos fundamentales como la identidad, la salud, la educación y el trabajo para aquellos que deciden establecerse en el país. No obstante, Claudia Pineda, representante de “El Refugio Casa del Migrante”, señala que, aunque obtener documentos oficiales facilita la permanencia, la integración social sigue siendo un desafío debido a la burocracia, la discriminación y la xenofobia.
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Nuevo enfoque en gestión de migrantes
Para abordar la sobrecarga en las ciudades fronterizas y mejorar las condiciones de los migrantes, México ha lanzado una nueva iniciativa que ofrece transporte en autobús desde el sur del país hacia la frontera con Estados Unidos. Esta medida es parte de un esfuerzo más amplio para gestionar mejor las citas de asilo en EE.UU., las cuales ahora se extienden también al sur de México, gracias a la expansión del acceso a las solicitudes CBP One. Esta forma migratoria permite a los migrantes una estancia condicional de 20 días en la frontera, y se espera que la extensión al sur ayude a aliviar la presión en las ciudades fronterizas y mejore la seguridad de los migrantes.
Los autobuses, que partirán de puntos clave como la Estación Migratoria de Villahermosa, Tabasco, y la oficina de Regulación Migratoria en Tapachula, Chiapas, estarán escoltados por agentes locales, estatales y federales. Además, se proporcionará alimento durante el trayecto, lo que busca minimizar los riesgos y costos para los migrantes mientras atraviesan el país. Esta política responde a las crecientes críticas sobre las condiciones en el sur de México, donde los migrantes enfrentan largos tiempos de espera y peligros asociados con el crimen organizado.
Desafíos persistentes
A pesar de las nuevas medidas, los migrantes continúan enfrentando desafíos significativos. Reportes previos al anuncio de la nueva política indican que algunos solicitantes de asilo han sido detenidos en puntos de revisión y enviados de regreso al sur, lo que les impidió asistir a sus citas agendadas. No obstante, las autoridades mexicanas han prometido respetar las citas de aquellos que puedan demostrar que las tienen.
La situación en Ciudad de México también refleja las dificultades en la gestión migratoria. Aunque la capital ofrece mayores oportunidades de empleo y seguridad en comparación con las zonas fronterizas controladas por el narcotráfico, la sobrepoblación migrante ha complicado la vida de aquellos que esperan por su cita de asilo. La nueva política de transporte supervisado busca aliviar esta presión, pero solo el tiempo dirá si será suficiente para manejar de manera efectiva el flujo migratorio que sigue siendo un desafío para México y la región.
La disminución en las solicitudes de refugio en México en 2024 es un reflejo de cambios en la dinámica migratoria y las políticas de gestión. Aunque se han implementado nuevas medidas para mejorar las condiciones de los migrantes, persisten desafíos significativos en términos de integración social, seguridad y sobrecarga de los servicios en las ciudades fronterizas. La situación requiere un enfoque coordinado entre las autoridades mexicanas y las organizaciones civiles para asegurar que los derechos de los migrantes sean respetados y que se maneje de manera efectiva el complejo flujo migratorio en el país.