A pesar que no ha entrado de lleno la temporada de calor, en Managua, las calles se ven turbias cuando el inclemente sol cae sobre esta ciudad, pero esta presión no solo se siente de día, sino también de noche porque las calles y los techos quedan calientes.
“Para paliar un poco la ola de calor, tengo que tener el abanico encendido todo el día y la noche porque la sala y los cuartos se ponen bien calientes, además mando a mis chavalos a la escuela con sus respectivas botellas con agua helada, en Managua no aguantamos más”, comentó una pobladora de un barrio oriental de Managua.
En cambio un poblador que se especializa en reparación de vehículos y tienen el taller en su casa, asegura que se mantiene con ropa ligera y que se baña a cada momento para menguar el calor que invade su taller, que es todo forrado de zinc.
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Baños exprés
“A cada rato bebo agua, descanso un rato en la sombra porque el sol pega de frente en mi taller en horas de la tarde, y he visto que han proliferado la venta de hielo en algunas casas de por aquí, porque la gente sabe que la población de Managua se está ahogando, tambien la venta de refrescos y gaseosas se ha disparado por este sector”, asegura el trabajador informal.
Agustín Moreira, director de Ofena recomendó tener cuidado con las ráfagas de vientos y del ambiente seco para aquellas personas que padecen de hipertensión y diabetes, pues deben de hidratarse y no despegarse de sus tratamientos.
Vientos a altas velocidades
El funcionario indicó que las ráfagas de viento en el Pacifico de Nicaragua, oscilaran entre 32 y 75 kilómetros por hora, mientras que en la zona central serán de entre 34 a 65 kilómetros por hora, y en el Caribe de 34 a 51 kilómetros por hora.
“La mayoría del territorio estará con pocas posibilidades de precipitaciones, con cielo despejado, principalmente en las regiones central y el Pacifico. Mantendremos algunas lluvias entre la zona del Caribe y el centro del territorio”, apuntó Moreira.