Este pasado 12 de septiembre se cumplieron 15 años del fallecimiento del doctor Edgardo Buitrago en la ciudad de León tras sufrir un ataque cardíaco, desde entonces, las autoridades edilicias, organizaciones de profesionales, asociaciones culturales y dedicadas a la conservación de los museos no han realizado ninguna actividad en honor a este ilustre personaje que contribuyó enormemente al enriquecimiento de la cultura, tradiciones religiosas y folclóricas de la ciudad metropolitana.
El doctor Buitrago Buitrago dedicó parte de su vida al rescate de las tradiciones religiosas y populares de la ciudad, se empeñó en poner muy en alto a su querido León, sin embargo, no hay un vergel, calle, edificación, barrio o reparto que lleve el nombre de este insigne intelectual.
“Tanto el Concejo municipal como la Unan- León han dejado en el olvido al escritor y sabio, ni siquiera las autoridades de esa universidad, han podido crear una cátedra en su memoria, menos aún una distinción para otorgárselas a hombres y mujeres propulsoras de la cultura y tradiciones”, dijo a Darío Medios un ciudadano conocedor de la cultura.
Agregó que ni el gremio empresarial, Instituto Nicaragüense de Cultura, asociaciones culturales y de profesionales nunca han rendido homenaje a este gran erudito de los últimos años de León.
Fundador del museo archivo Ruben Darío
El letrado y estudioso se destacó como escritor, catedrático universitario, humanista, folclorista y estudioso de la poesía del príncipe de las letras castellanas, Félix Rubén Darío Sarmiento.
Fundó en 1964 el Museo Archivo dedicado al bardo universal, con el apoyo del doctor Mariano Fiallos Gil, padre de la Autonomía Universitaria y del médico y político liberal Gustavo Sequiera Madriz, alcalde en ese entonces de la ciudad colonial, así como el doctor Julio Icaza Tijerino, entre otros.
El museo arribó en febrero de este año a los 60 años de fundación y reside en lo que fue la casa solariega del príncipe de las letras castellanas.
Buitrago formó parte de la Academia Nicaragüense de la Lengua
El doctor Buitrago también Perteneció a la Academia Nicaragüense de la Lengua, y fue rector de la Academia Pablo Antonio Cuadra. Se caracterizó por ser un intelectual humilde, mesurado y con sabiduría como literato de la ciudad.
“Tras regresar de Argentina, donde realizó estudio de postgrado fue nombrado divulgador en Nicaragua de la doctrina de Acción Social de la Iglesia Católica, cargo que ocupó por su devoción católica.
El doctor Buitrago fue un mariano por alteza y su convicción religiosa lo llevó a escribir varios libros sobre el origen y desarrollo de las purísimas en León, obras que se encuentran en las bibliotecas del país, a la vez interesantes artículos sobre el descubrimiento de las ruinas de León-viejo, surgimiento de los bailes de gigantonas y otras tradiciones de la ciudad.
Recibió distinciones por su aporte a la cultura nicaragüense
Recibió distinciones entre ellas: Orden Rubén Darío, de Nicaragua, y la Orden Isabel La Católica, de España (1968). Asimismo, en justo reconocimiento a su exitosa trayectoria cultural y académica, le fue otorgado, en 1999, el Premio Nacional de Humanidades.
Fue Doctor Honoris Causa por la Universidad Americana (UAM), la UNAN– León y el Ave María College. En 1957 fue nombrado Magistrado del Tribunal Superior del Trabajo y Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales en dos períodos consecutivos.
El doctor Buitrago Buitrago incursionó en la política partidaria y fue representante ante la Asamblea Nacional de Nicaragua del Partido Conservador por varios períodos.
Posterior se incorporó por completo a fortalecer el Museo, junto con los darianos: Doctor Carlos Tunnermann, Don José Jirón, el maestro Rubén Cuadra Hidalgo.
Nació en la ciudad de León, en marzo de 1924, murió el 12 septiembre de 2009 a los 85 años y fue sepultado en la Basílica Catedral Santiago de los Caballeros, León.
El legado histórico, cultural y religioso que dejó el doctor Edgardo Buitrago permanecerá indeleble en el transcurrir de los años y como nicaragüenses debemos de conservar y reconocer su importancia, “los nicaragüenses estamos en deuda con el académico y estudioso”, manifestaron dos historiadores nicaragüenses.