“El tema de los homicidios se nos está yendo de las manos”, dijo semanas atrás Rodrigo Chaves, presidente de Costa Rica, país que por décadas se ha considerado el menos inseguro de Centroamérica.

“Se está pareciendo a algo que no se parece a Costa Rica”, agregaba tras una reunión con presidentes de otros poderes para atender la ola de inseguridad acelerada por la expansión del narcotráfico y sus actos de sicariato, a los que las autoridades atribuyen más la mitad de los asesinatos.

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También es más extrema la violencia, dijo ante los diputados el director de la policía judicial, Walter Espinoza: “Hemos visto quemados, decapitados, personas a las que le han sacado los ojos en vida y luego son asesinados el país tiene un problema”, afirmó Espinoza.

La reacción no se ha hecho esperar en la población. Un 65% considera que su país es “poco o nada seguro”, pero la brecha es notable al comparar el grupo de mujeres con el de hombres: 72% ellas y 57 ellos, reporta una encuesta publicada el jueves por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El 44% del total dijo que considera alta o muy alta la posibilidad de ser atacado con arma fuera de su casa, sobre todo en el segmento femenino. Se sienten más propensas a sufrir un ataque criminal, como ha ocurrido en los últimos años a extranjeras en zonas costeras, un factor de especial preocupación para la icónica industria turística del país que se vende con su lema “pura vida”.

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Policía de Costa Rica

Los recursos policiales no bastan. A pesar de que en Costa Rica la mayoría de la población sigue confiando en la Fuerza Pública, la mayoría encuestada duda de las capacidades, como duda también de la eficacia del Poder Judicial de procesar a los criminales. Los hogares y negocios invierten ahora más en sistemas de protección, pero la inclinación por poseer armas es aún minoritaria: 88% dice que carece de ellas y un porcentaje igual opina que más bien son un factor de peligro en casos de violencia doméstica.  Pese a la preocupación popular por la inseguridad, esta aparece en cuarto lugar en la lista de problemas del país señalada por los encuestados, superada por la situación económica (23% de pobreza como promedio nacional), el costo de la vida (pérdida de 7% del poder adquisitivo) y el desempleo (12%), asuntos que para los especialistas ayudan a explicar parte del deterioro de la seguridad.

Tomada de El País