Al concluir su primer mandato, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su círculo cercano experimentan un notable incremento en su patrimonio y poder, transformándose en destacados terratenientes y cafetaleros del país centroamericano. Según una investigación publicada por la alianza de medios independientes Redacción Regional y Focos TV, la familia Bukele ha multiplicado por doce la extensión de sus propiedades, incorporando 34 nuevas fincas y apartamentos valorados en aproximadamente 9,2 millones de dólares. Este crecimiento plantea interrogantes sobre la ética de las adquisiciones y su correlación con la situación económica de un país que enfrenta dificultades.

Entre las propiedades más destacadas se encuentra la Hacienda Dorada, una finca cafetalera de 231 hectáreas situada en las faldas del volcán Ilamatepec, en Santa Ana. Esta finca, donde se cultivan nueve variedades de café gourmet bajo la marca Bean of Fire, fue adquirida en 2023 mediante la compra de acciones de la sociedad El Lindo Sueño, justo cuando Bukele había completado cuatro años en el poder. La inversión, que asciende a 4,9 millones de dólares, se gestionó a través de la Corporación Logística de Servicios S.A. de C.V., de la cual Bukele es administrador y único propietario.

Dicha sociedad, que reportaba escasos activos desde 2013, experimentó un incremento súbito en su capital, lo que ha generado sospechas sobre la procedencia de esos fondos.

Jaime Quintanilla, el periodista que lideró la investigación, resalta que las sociedades vinculadas a los Bukele obtuvieron préstamos hipotecarios que no se justifican con su historial financiero. “Antes de su crecimiento, tenían un patrimonio menor a los 20.000 dólares, lo que suscita interrogantes sobre cómo accedieron a financiamiento millonario”, afirma Quintanilla.

Ese desajuste financiero plantea dudas sobre la transparencia en las operaciones comerciales de la familia.

El artículo también destaca cómo la adquisición de estas propiedades se produce en un contexto de crisis económica para muchos salvadoreños, quienes enfrentan un aumento en el costo de la vida. Mientras Bukele promociona un “milagro económico”, su familia consolida una nueva oligarquía, beneficiándose de un marco legal que han moldeado a su favor, con la aprobación de 17 leyes que favorecen el cultivo y la comercialización del café.

Desde su llegada al poder en 2019, Bukele y su familia han adquirido 18 terrenos por un valor estimado de 7,8 millones de dólares. Este auge patrimonial no solo incluye la Hacienda Dorada, sino también fincas de caña de azúcar y apartamentos de lujo, muchos de los cuales han sido adquiridos a título personal por sus familiares cercanos.

Es notable que, a pesar de no ocupar cargos oficiales, sus hermanos y su madre han sido actores clave en la estrategia política y económica del presidente.

El análisis de las escrituras de propiedad y los perfiles de las sociedades muestra que, en su primer quinquenio, el círculo íntimo de Bukele ha comprado 16 inmuebles por un total de 1,4 millones de dólares. Esta expansión patrimonial es preocupante, dado que se ha producido en paralelo a la situación precaria que vive gran parte de la población salvadoreña.

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Elon Musk (izquierda) y Nayib Bukele en Texas, el sábado 21 de septiembre de 2024 | Fotografía cortesía

La familia Bukele, que ya pertenecía a la élite empresarial antes de la primera presidencia de Nayib, ha visto un crecimiento notable en su patrimonio, pasando de 22 inmuebles y 29 hectáreas a un total de 361 hectáreas en 2023. Este incremento ha llevado a que la extensión de sus tierras supere 15 veces la del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una megacárcel construida para enfrentar la crisis de pandillas que afecta al país.

Desde la reelección inconstitucional de Bukele en febrero de 2024, el entorno familiar ha continuado acumulando propiedades, destacando que en 2023 adquirieron el 92 % de sus tierras actuales. Además, han establecido una sociedad de responsabilidad limitada en Miami para comercializar su café a través de Amazon, facilitando la conexión entre su producción en El Salvador y el mercado estadounidense, donde Bukele ha cultivado una imagen positiva entre la diáspora salvadoreña.

Es fundamental mencionar que el presidente ha intentado distanciar su negocio cafetalero del Gobierno, aunque su marca ha sido promocionada en canales oficiales, lo que genera más dudas sobre la ética de sus acciones. Bukele ha realizado donaciones de su café a personajes influyentes, como el pastor evangélico Dante Gebel, lo que sugiere un intento por fortalecer sus redes de apoyo y consolidar su imagen pública.

Por otro lado, este sábado 21 de septiembre, en Texas, le ha entregado personalmente una bolsa de su café a Elon Musk, solo días después de la publicación de este otra caso de evidente corrupción en su contra.

El análisis de las adquisiciones de la familia Bukele pone de manifiesto una posible correlación entre el aumento de su patrimonio y su tiempo en el poder. Las autoridades encargadas de supervisar la transparencia en su administración han sido cuestionadas por su inacción ante un posible enriquecimiento ilícito, dado que la Constitución salvadoreña establece que los funcionarios deben justificar el crecimiento de su patrimonio.

Hasta ahora, ni Bukele ni ningún miembro de su familia han respondido públicamente a las acusaciones que surgen de la investigación, lo que deja en la incertidumbre el futuro de la transparencia y la rendición de cuentas en su administración. La falta de respuestas y la decisión de clasificar documentos patrimoniales como reservados evidencian una creciente opacidad en la gestión del presidente.

La expansión del patrimonio de la familia Bukele se enmarca en un contexto complejo en El Salvador, donde la desigualdad económica y la crisis de gobernabilidad plantean serios desafíos. La forma en que se desarrollen estos eventos podría tener implicaciones significativas para el futuro político y económico del país, así como para la percepción pública del presidente y su administración, acusada ya, en su segundo período, de inconstitucional.