El café hondureño continúa su ascenso en la élite mundial del café, consolidando su reputación por su calidad insuperable. En la vigésima edición de la Taza de Excelencia de Honduras, se destacaron 29 lotes de café que atrajeron la atención de compradores de más de 12 países. La subasta electrónica no solo fue un éxito por la cantidad de ofertas recibidas, sino también por los impresionantes precios alcanzados.
Este evento histórico culminó con la venta de 19,232.74 libras de café, generando ingresos totales de 464,057.58 dólares para los productores hondureños. Este es el segundo monto más alto en los últimos siete años, lo que subraya el atractivo creciente del café hondureño en el mercado internacional. La oferta más alta alcanzó los 136.50 dólares por libra, estableciendo un nuevo récord para el café producido en Honduras, un honor que recayó en el productor Benjamín Paz de Santa Bárbara. Este logro no solo superó el récord previo de Paz de 2022, cuando vendió su café a 134 dólares por libra, sino que también reafirmó la supremacía de Honduras en la producción de café de alta calidad.
La subasta de este año no solo fue la más extensa en la historia de las ediciones hondureñas, con más de cuatro mil ofertas, sino que también se destacó por obtener el segundo mejor precio promedio de 24.13 dólares por libra. Este promedio solo fue superado por el de 2015, que fue de 6.64 dólares por libra. Además, siete cafés recibieron premios presidenciales por superar los 90 puntos en calidad, un hito sin precedentes que reafirma la excelencia del café hondureño en el escenario global.
Nicaragua: prometedora producción
En Nicaragua, las condiciones climáticas favorables han propiciado una excelente floración del café, generando grandes expectativas para la cosecha del ciclo 2024-2025. Los sindicalistas del sector proyectan una producción de 3.6 millones de quintales de café oro, una cifra alentadora que podría significar un impacto significativo en la economía nacional.
Alex Castillo, representante sindical de la asociación de trabajadores del campo, destacó que el precio internacional del café se ha mantenido entre 130 y 140 dólares por quintal, con algunas ventas alcanzando incluso los 190 dólares. Esta tendencia de precios promete buenos ingresos para los productores nicaragüenses.
El sector cafetalero de Nicaragua no solo es crucial por su aporte económico, generando más de 700 millones en divisas, sino también por su impacto social, al crear más de 300 mil empleos directos e indirectos. Este rubro es, sin duda, un pilar de la economía nacional, impulsando el desarrollo y la estabilidad de numerosas comunidades rurales.
El Salvador: preservación de la biodiversidad y el patrimonio genético del café
En un gesto de visión y preservación, El Salvador ha depositado semillas de café Pacamara en la prestigiosa Bóveda Baekdudaegan en Corea del Sur, con la intención de conservarlas por un siglo. Esta bodega, una de las dos instalaciones de su tipo en el mundo, está diseñada para proteger la biodiversidad y asegurar la disponibilidad de recursos en caso de catástrofes globales.
El Pacamara, una variedad de café autóctona de El Salvador, fue creada en 1958 por el Instituto Salvadoreño para Investigaciones de Café. Esta especie, junto con otras como el bálsamo y el maquilishuat, ha sido seleccionada por su importancia cultural y económica. El depósito de estas semillas asegura que las generaciones futuras tengan acceso a estas valiosas especies, incluso en situaciones extremas.
La embajada de El Salvador en Seúl destacó en redes sociales la importancia de esta iniciativa, subrayando que la Bóveda Baekdudaegan es reconocida por su avanzada tecnología y medidas de seguridad para el resguardo de semillas. Este depósito garantiza que, en caso de una catástrofe mundial, estas semillas puedan ser liberadas para apoyar la supervivencia humana.
El café centroamericano sigue brillando en el escenario global, no solo por su calidad excepcional y su capacidad para establecer nuevos récords, sino también por los esfuerzos concertados para preservar su biodiversidad y garantizar su futuro. Desde las subastas récord en Honduras, pasando por las prometedoras cosechas en Nicaragua, hasta la visión a largo plazo de El Salvador, estos países demuestran que el café es más que un producto de exportación: es un patrimonio cultural y económico que merece ser celebrado y protegido.