El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha anunciado la reanudación del programa de parole humanitario que permite a migrantes de Haití, Venezuela, Nicaragua y Cuba vivir y trabajar en Estados Unidos. Este programa, que beneficia hasta 360,000 personas al año, había sido suspendido temporalmente debido a una investigación interna sobre un supuesto fraude masivo en las solicitudes.
La suspensión, anunciada en julio, fue una medida tomada para revisar las solicitudes de patrocinadores, quienes son responsables de apoyar económicamente a los migrantes bajo este programa. Durante la revisión, el DHS implementó varios controles adicionales para fortalecer la integridad del programa, incluyendo la verificación de antecedentes penales y la toma de huellas dactilares de los patrocinadores en Estados Unidos, así como medidas para prevenir la presentación “en serie” de solicitudes.
Según un informe interno del DHS, al que tuvo acceso NBC News, de las casi 101,000 solicitudes analizadas, 3,218 patrocinadores fueron responsables de presentarlas. El informe reveló patrones de fraude, incluyendo el uso de las mismas direcciones postales, direcciones IP de internet y números de teléfono por múltiples solicitantes, así como la utilización repetida de números de Seguridad Social, algunos pertenecientes a personas fallecidas. Un ejemplo destacado incluye casi 600 solicitudes que usaban la misma dirección de un almacén en Orlando, Florida.
Aunque el informe no detalló cuántos de estos patrocinadores fueron aprobados o si sus patrocinados llegaron al país, la revisión hasta la fecha ha llevado a que seis solicitudes sean entregadas a investigadores del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para analizar posibles fraudes criminales.
El DHS subrayó su compromiso con la rendición de cuentas, afirmando que cualquier persona involucrada en fraude o explotación será remitida a las autoridades competentes para su enjuiciamiento.
La reactivación del programa es parte de una estrategia del gobierno estadounidense para disuadir a los migrantes de estos cuatro países de intentar cruzar la frontera ilegalmente, ofreciendo vías legales, seguras y ordenadas para entrar al país. Desde la implementación del programa y uno similar para ucranianos, más de 2.6 millones de migrantes han solicitado la entrada a Estados Unidos, y hasta julio, más de 530,000 habían sido autorizados a viajar.
Con la implementación de nuevos controles y la colaboración con la Dirección de Detección de Fraude y Seguridad Nacional del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos y el Centro Nacional de Identificación de Objetivos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, las autoridades esperan mitigar los riesgos de fraude y asegurar que el programa continúe sirviendo como una herramienta efectiva y segura para la inmigración legal.