El poderoso mar sigue su paso inexorable tragándose lo que encuentra a su paso en algunas costas de Centroamérica. De algunas comunidades costeras solo el recuerdo queda. Estos lugares lucen desolados, en escombros, ya no escuchan el movimiento de los pescadores, mucho menos las risas de los niños, pues familias completas han tenido que emigrar hacia otros territorios por este fenómeno natural.
Si echamos una breve vista por algunos lugares de Centroamérica, particularmente en el Océano Pacífico, encontramos, por ejemplo, en Corinto, Nicaragua, el poder de las olas, las cuales en los últimos años se han tragado lo que en el pasado fueron unos 200 metros de los barrios costeros. Tres calles han desaparecido bajo el agua y unas cien familias han abandonado sus casas. Familias completas con todo y mascotas en brazos abandonan sus hogares cuando el agua comienza a anegar sus humildes viviendas que con mucho esfuerzo lograron construir. Es hora de partir y dejar también los recuerdos para instalarse en otra zona más segura.
Una amenaza desde hace décadas
Corinto es uno de los principales puertos de Nicaragua, donde muchas casas se asentaron muy cerca del mar, cuya principal actividad económica es la pesca. Generaciones han crecido en esa zona escuchando el ruido del mar y las olas reventando en las rocas. Sin embargo, sus aguas han venido avanzando tocando tierra desde hace décadas con bastante parsimonia. Desde hace más de 50 años, esta zona portuaria ha sido amenazada por el fenómeno natural conocido como “mar de fondo”, que se concentra en grandes olas que golpean sin piedad a su paso de forma continua, originadas por las tormentas marinas.
Fenómeno similar en Honduras
Las aldeas Cedeño, Delgadillo y El Edén ya desaparecieron prácticamente en las costas de Honduras por el paso implacable del mar. Los pobladores de esta zona sur de Honduras ya veían llegar este fenómeno que los terminaría por desplazar, pues las marejadas cada año siguen reclamando cada palmo de tierra y no les queda otro remedio que abandonar sus hogares.
No hay datos exactos de cuántas personas en este municipio se han desplazado por las marejadas, pero el estudio “Ordenamiento territorial particularizado para la playa de Cedeño” menciona que entre 1998 y 2002 unas 200 personas migraron a Estados Unidos, México, Canadá u otros países de Centroamérica. En todo Marcovia, la cifra fue de 742. Según la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en la comunidad Las Puntillas también se registran los casos de 100 familias desplazadas.
Este fenómeno de avance del mar, según los expertos, no se debe tomar a la ligera, porque dentro de unos 50 años algunas periferias de países de la región que se ubican cercanos al mar pueden ir desapareciendo de forma paulatina, todo esto abonado al maltrato de nuestro medio ambiente que por ende origina los severos cambios climáticos en el mundo.