Los problemas del expresidente Arnoldo Alemán con la justicia iniciaron un 07 agosto de 2002, tras dejar la Presidencia, cuando su exvicepresidente y sucesor en el Poder Ejecutivo, Enrique Bolaños (2002-2007) lo acusó de graves actos de corrupción con recursos públicos mediante la emisión de cheques de empresas fantasmas en el exterior.
En la confabulación financiera bautizada como “La Huaca” participaron familiares de Alemán, altos funcionarios de su Gobierno y su hombre de confianza, Byron Jerez, el segundo burócrata más poderoso detrás del expresidente, también liberado por la justicia sandinista.
El caudillo sandinista, Daniel Ortega, ordenó a la juez Juana Méndez, leal y obediente a Ortega, condenara a Alemán a 20 años de prisión por los delitos de “lavado de dinero”, fraude, malversación de caudales públicos, peculado, asociación e instigación para delinquir y delito electoral en perjuicio del Estado.
El autócrata Daniel Ortega orientó a la juez orteguista Juana Méndez y a la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua dejarán en libertad ex presidente liberal Arnoldo Alemán, tras finalizar el caso por el que se le juzgó en el 2003.
El acuerdo que Ortega le ofreció al excarcelarlo Alemán, fue de grandes dimensiones: Arnoldo podría volver a la arena política, la Constitución sería reformada, el período de Bolaños podría ser recortado. “Hay que negociarlo todo”, dijo Alemán al volver campante a su finca.
El domingo 30, Daniel Ortega dijo que Alemán es marrullero y tramposo (Todo lo que se pueda acordar con él yo siempre lo reviso con pinzas) y anunció que los diputados liberales y sandinistas, con mayoría casi absoluta en la Asamblea Nacional podrían cambiar todo en el país.
“Entre otras cosas, volvió a plantear su “imprecisa” idea de transformar el régimen presidencialista por un régimen parlamentario”. Ortega apareció como dueño del escenario político, con rango de protagonista. “Tanto poder lo mareó”.
El mandatario Enrique Bolaños quedó disminuido
El presidente Bolaños quedó en una situación legal muy difícil, con un margen de maniobra estrechísima, al contar con apenas ocho diputados ante los ochenta y uno de Ortega y Alemán en la Asamblea Nacional.
Igualmente, Daniel Ortega anunció que los diputados liberales y sandinistas, con mayoría casi absoluta en la Asamblea Nacional podrían cambiar todo en el país”.
En este contexto algunos altos funcionarios del presidente Enrique Bolaños, le propusieron que ejecutara un “fujimorazo”; esto causó la inmediata reacción de Daniel Ortega que “amenazó” al gobernante Enrique Bolaños Gayer “habría un “bolivianazo”, si decretaba el “fujimorazo”.
De inmediato, los mandos del Ejército de Nicaragua, dijeron al presidente Bolaños, que no apoyarían la disolución del Parlamento Nacional y que actuaría conforme la Constitución Política.
Turba enardecidas y dirigidas por Daniel Ortega ejecutaron asonadas contra Bolaños
Una manifestación de universitarios, transportistas y sindicalistas que pedían la destitución del presidente Enrique Bolaños culminó con una lluvia de piedras frente a la casa de gobierno, en la que resultó levemente herido el hijo del mandatario.
Bolaños, que bajó de su despacho para conversar con los dirigentes de la marcha, tuvo que ser rescatado por la policía, mientras que su hijo Enrique Bolaños Abaunza de 55 años fue trasladado a un hospital.
Verónica Molina, de la oficina de prensa de la presidencia dijo a medios locales e internacionales, que el hijo de Bolaños recibió varias puntadas en la cabeza y se encuentra en observación en el Hospital Militar de la capital nicaragüense.
El mandatario dijo posteriormente en un mensaje a la nación que salió para hablar con los líderes de la marcha, “pero se escondieron debajo de las naguas de los que iban adelante”. “Me retiré porque no había con quien dialogar y más bien había insultos y violencia. Es imposible encontrar soluciones en esas condiciones”, enunció. Bolaños afirmó que no renunciaría e invitó a los manifestantes a un diálogo.
La marcha fue convocada por el Frente Nacional Sandinista
La marcha fue convocada por el Frente Nacional Sandinista de los Trabajadores, la Unión de Transportistas y estudiantes universitarios que protestan contra el gobierno por el alza en los precios de los combustibles. Los estudiantes protestaron por el alza de 15 a 18 centavos en el boleto de autobús en tanto que los transportistas pidieron a Bolaños subsidio para el transporte o que autorizara al alza en las tarifas.
“Las protestas estudiantiles y de los transportistas han devenido en disturbios en esta capital que han dejado por lo menos docena de policías heridos de gravedad y más de 60 arrestados”, destacaron medios locales.
El presidente responsabilizó al secretario general del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Daniel Ortega, de estar detrás de las protestas para crear “una crisis artificial”.
También, culpó al alcalde sandinista de Managua, Dionisio Marenco, de prestar recursos de la alcaldía en apoyo de las protestas y lo invitó a buscar una solución al problema. Bolaños sostuvo que la crisis del petróleo es externa y que no tiene solución mientras los precios sigan en alza.
En las protestas ordenadas por el dictador Daniel Ortega, los grupos de choque usaron morteros fabricados por universitarios y transportistas que participaron en las protestas. Asimismo, 86 alcaldes sandinista, pidieron a Bolaños que “renunciara a su cargo” si no “quería o no podía enfrentar la crisis.
En medio de una progresiva tensión social y con abundantes manifestaciones contra Bolaños, el gobierno; el Consejo Nacional de Universidades (CNU) convinieron dialogar para buscar una salida negociada a la crisis.
Bolaños convocó a un diálogo y pidió suspensión de las protestas
Bolaños pidió que se suspendieran las manifestaciones que mantenía inmovilizada a la capital. “Pedimos que se notifique a los líderes estudiantiles la voluntad expresa del presidente de buscar una solución inmediata” a la crisis, pero que renuncien de los reproches para que la ciudad recobre la normalidad, afirmó el ministro de Gobernación en ese entonces, Julio Vega.
A criterio del experto en temas políticos, Eliseo Núñez, las asonadas fueron suscitadas por el sandinismo, bajo la conducción del ex presidente Daniel Ortega, y por el Partido Liberal Constitucionalista, bajo el mando de Arnoldo Alemán.
Mantuvo que los dos caudillos controlaban el Congreso con 81 de las 91 bancas, y pretendían obligar a Bolaños a reconocer la legitimidad de una reforma constitucional que traslada facultades al Poder Legislativo.
“Si (Bolaños) no negociaba y apostaba por la indolencia que caracteriza todo su gobierno, “opino que los dos partidos estarían dispuestos a promover su destitución en el Congreso”, sustentó Núñez.
De tal manera, que los restantes años de gestión del presidente Enrique Bolaños quedaron atrapados, limitadas su función presidencial por dos dos marrulleros y tramposos: Daniel Ortega y Arnoldo Alemán (como mutuamente se definen Arnoldo Alemán y el dictador Daniel Ortega).
“Los esfuerzos de Bolaños para conseguir justicia y llevar al país por senderos de honestidad e integridad de los funcionarios públicos, ultimaron en un “oprobioso pacto”, en menoscabo de los nicaragüenses.