Con pie derecho ha iniciado el pitcher nicaragüense Duque Hebbert en su más reciente ascenso a Clase A con la organización de los Tigres de Detriot, al conseguir su primera victoria, después que solo aceptó un infield  hit y colgar par de ceros en su primera actuación.

El veloz tirador costeño, se apuntó su victoria en medio de una rayería de batazos violentos, en la que su equipo Lakeland logró la victoria 7-6 contra los Cardenales de Palm Beach, sucursal del equipo de las Grandes Ligas, Cardenales de San Luis.

Su primera salida fue de dos entradas, permitiendo un solo imparable del bate de Trey Paige, pero luego se enderezó y ponchó a Adri Grant, después hizo que el bateador Sammy Hernández bateara un roletazo para doble play, imponiéndose de esa forma desde la lomita de los sustos, y dejando una buena impresión.

hebbert

Segundo inning de lujo

Pero lo mejor estaba por venir en la siguiente intervención, pues en el inning retiró en fila a los siguientes bateadores que enfrentó y con solo 14 envíos al plato logró que le dieran un hit, y ponchó a uno. De igual forma provocó tres roletazos al cuadro que fueron a out y un elevado al jardín central, usando si sinker que le obedeció para salir airoso en su primera acción.

Recientemente Hebbert fue subido a la categoría Clase A de la organización de los Tigres de Detriot, porque se le vio muy buenos recursos y esa sería su prueba de fuego porque en esta categoría, el béisbol cada vez es más exigente, que donde estaba anteriormente en una sucursal de República Dominicana.

Fue fichado tras magistral inning en el Clásico

Durante el pasado Clásico Mundial de Béisbol, realizado en mayo del año pasado, solo le bastó una entrada al veloz tirador miskito para que la vida le sonreirá con un contrato mayor.  Fue precisamente en la última entrada del partido en que la selección nacional de Nicaragua perdió 6-1 ante Republica Dominicana, pues su actuación fue tan fantástica que en pocas horas fue contratado por los Tigres de Detroit de la MBL.

Duque Hebbert era un pitcher totalmente desconocido fuera de Nicaragua, hasta que en esa entrada se agigantó como los grandes, y a sus  21 años entró para cerrar el partido y dejó a todos asombraos al pintar de ceros a las estrellas dominicanas de las Grandes Ligas, Juan Soto, Julio Rodríguez y Rafael Devers, a quienes dejó con el bate sobre el hombro.