El artículo 175 de la reforma total de la constitución de Nicaragua que recién aprobó la dictadura sandinista establece la división del territorio nacional en departamentos, regiones autónomas, municipios y regímenes especiales de desarrollo, algo que ha generado preocupación entre algunos expertos ya que representan una amenaza directa a la soberanía.
Pues aparte de crear regímenes especiales de desarrollo, también señala que, “las leyes de la materia determinarán la creación, extensión, número de organización, estructura y funcionamiento de las diversas circunscripciones territoriales”.
Esto según un análisis que, realizará la ex guerrillera Mónica Baltodano, expertas en temas municipales, al medio de comunicación Nicaragua Investiga, ha indicado que, los regímenes especiales de desarrollo, son zonas que no estarán sujetas a la soberanía nacional ni a las leyes locales, operando bajo un esquema que privilegia a las empresas transnacionales.
Asimismo, ha señalado que, que el concepto de regímenes especiales de desarrollo, no es más que el conocido sistema de Zonas Especiales de Desarrollo (Zede), lo que se traduciría en el regreso a enclaves para empresas transnacionales. Recordó que la misma estrategia utilizó Juan Orlando Hernández en Honduras y añadió que estos son territorios en los que no rigen ni la constitución ni las leyes y no están sometidos a la soberanía del país.
Trabajadores manos arriba
Baltodano ha advertido que, eso es un esquema ultra neoliberal, donde los trabajadores no tienen derechos y las empresas no tienen obligaciones, ni tributarias, ni laborales, ni ambientales, pues el riesgo de estas zonas radica en la creación de territorios donde los derechos de los trabajadores y las comunidades locales quedan anulados. Asimismo, abre la puerta a la apropiación de tierras comunales y recursos naturales, afectando gravemente a las poblaciones indígenas y campesinas.
Otra fuente consultada por el mismo medio, coincidió con la preocupación de Baltodano y añadió que los regímenes especiales de desarrollo que incluyó la dictadura en la nueva Constitución representan una amenaza directa a la soberanía del país y los derechos de su pueblo.
“Esto no es más que una fachada para la expansión de un modelo extractivista y autoritario, que prioriza los intereses de las élites y las empresas transnacionales sobre las necesidades de la ciudadanía.
A Baltodano otro de los aspectos que le preocupa de la reforma de la carta magna es la eliminación de la autonomía municipal, que desde 1987, la Constitución reconocía a los municipios como entes con independencia política, administrativa y financiera.
Sin embargo, el nuevo texto borra esta disposición, consolidando un modelo de mando vertical desde el Ejecutivo, e indicó que lo que se puede esperar de la dictadura es que también formará una nueva Ley de Municipios y desaparecerán la Ley de Transferencias y otros instrumentos, para legalizar la línea de mando vertical sobre los territorios, como lo han venido haciendo-, pero ahora sin ningún inconveniente.