Cacería de Ortega y Murillo no tiene piedad y secuestran hasta a aquellos familiares a quienes les deben su poder, este es el caso de Carlos Fonseca Terán y su esposa a quienes el régimen sandinista los tiene vigilados en casa por cárcel.
Carlos Fonseca Terán, el hijo del comandante guerrillero y fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional Carlos Fonseca Amador, pasó de compartir estrado con los dictadores de Nicaragua, a convertirse en una víctima de sus atropellos.
Carlos Fonseca Téran es el ejemplo de cómo la pareja dictatorial utiliza y descarta personas a gusto y antojo.
Hace tres meses Terán y su esposa Arlen Cuadra Núñez fueron encarcelados, ahora están bajo arresto domiciliario, pero sobre todo desprestigiados, sin influencia alguna, caídos en desgracia y descartados por el régimen.
La última vez que un senil Daniel Ortega se refirió a Carlos Fonseca Terán públicamente, le dijo que estaban en la lucha y que juntos construían la paz, tres doritos después, el hijo del combatiente se convirtió en un ladrón.
Hoy, desde las comodidades de su hogar, Terán y su mujer, seguro se han convencido, que con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no hay paz ni seguridad, y son la prueba viviente de que nadie está a salvo de la persecución.
Fonseca Terán supuestamente era coordinador del grupo de WhatsApp La Comuna, integrado por militantes sandinistas, trabajadores de instituciones del Estado.
Ocho de ellos fueron señalados de ser coautores del delito de robo a la población nicaragüense, en la modalidad de los delitos de fraude, malversación de caudales públicos y tercero beneficiado. Aunque Fonseca Terán no fue acusado con este grupo, quedó desprestigiado porque era el administrador de este grupo.
Terán es recordado en Nicaragua por opinar, en plena pandemia de Coronavirus, que una Cuarentena a nivel nacional era innecesaria y perjudicial para la economía nacional, al final el covid provocó miles de muertos en el país y le recuerdan además por sus constantes declaraciones de lealtad al régimen a través de los medios de propaganda. Nada de eso le valió a Terán para ser descartado.