El dictador nicaragüense Daniel Ortega ha autorizado un significativo aumento en el límite máximo de la deuda externa del Gobierno central, elevándolo de 707 millones de dólares a 1.208 millones de dólares. Esta decisión se anunció tras la publicación de un Decreto Presidencial en La Gaceta – Diario Oficial este miércoles 03 de julio de 2024. Este incremento en el techo de la deuda responde a la superación de la cifra inicial debido a los nuevos préstamos adquiridos de China.
El 24 de junio, Ortega autorizó la suscripción de dos préstamos con empresas chinas, sumando un total de 282 millones de dólares. Estos fondos están destinados a financiar la construcción de la carretera costanera en el Pacífico y a la institución encargada de gestionar emergencias naturales. Este endeudamiento adicional ha llevado el monto total de la deuda externa de Nicaragua con China a 849,17 millones de dólares en lo que va del año.
El 23 de mayo, Wálmaro Gutiérrez, titular de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto de la Asamblea Nacional, precisó que China había prestado a Nicaragua 567,17 millones de dólares en los últimos seis meses para la ejecución de cuatro proyectos distintos, sin incluir los 282 millones adicionales destinados a la carretera costanera y a emergencias.
En el decreto presidencial, Ortega explicó que los lineamientos de la política anual de endeudamiento público de 2024, aprobados en julio de 2023, permitieron al Gobierno gestionar mayores recursos externos para importantes proyectos de infraestructura vial, salud, y energía, entre otros. Esto hizo necesario modificar los límites máximos de contratación de deuda, elevándolos a 1.208 millones de dólares de deuda externa, 115 millones de dólares de deuda interna con el sector privado, 132,3 millones de dólares de deuda contingente, y 15 millones de dólares de deuda interna de empresas.
Ortega afirmó que estos límites máximos de contratación de deuda se establecen de manera indicativa, lo que permite su modificación en caso de ser necesario. Sin embargo, esta política de endeudamiento ha sido criticada por economistas que advierten sobre las graves implicaciones para las futuras generaciones de nicaragüenses, quienes tendrán que asumir el pago de estos préstamos.
Antes de estos nuevos préstamos de China, la deuda pública de Nicaragua ya superaba los 10.000 millones de dólares al tercer trimestre de 2023. Juan Sebastián Chamorro, economista y excarcelado político, ha señalado que es crucial considerar los costos adicionales detallados en la letra pequeña de estos acuerdos crediticios, que suelen encarecer significativamente las operaciones financieras internacionales.
La comunidad financiera internacional, incluidos el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha restringido sus préstamos y cooperación con el régimen de Ortega en respuesta a la represión violenta de ciudadanos desde 2018. Más recientemente, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) también anunció un cese en la aprobación de nuevos préstamos para Nicaragua y El Salvador, debido al alto riesgo que estos representan para el Banco.
El 20 de diciembre de 2023, Ortega celebró el acuerdo con China para elevar sus relaciones diplomáticas al nivel de “asociación estratégica”. Esta decisión se oficializó después de una conversación telefónica entre Ortega y el presidente chino, Xi Jinping, el 19 de diciembre de 2023.
Las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y China han tenido un largo y cambiante historial. Inicialmente establecidas en 1985 durante el primer Gobierno sandinista, fueron interrumpidas en 1990 cuando el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro estableció lazos con Taiwán. Sin embargo, el 10 de diciembre de 2021, Nicaragua reanudó sus relaciones diplomáticas con China, cortando sus lazos con Taipei.
En resumen, el aumento en el límite de la deuda externa de Nicaragua refleja una estrategia financiera centrada en la cooperación con China, lo que ha generado preocupación entre economistas y observadores internacionales. La dependencia creciente de créditos chinos y la política de endeudamiento del régimen de Ortega presentan un panorama incierto para el futuro económico del país, comprometiendo potencialmente a las generaciones venideras con una pesada carga financiera.