En medio de un creciente debate sobre la gestión de la inmigración en Estados Unidos, el programa de parole humanitario, diseñado para ofrecer una vía legal a ciertos inmigrantes en situaciones críticas, enfrenta severas críticas y desafíos operativos significativos. Desde su implementación bajo la administración del presidente Joe Biden, el programa ha sido tanto una esperanza como una fuente de controversia para cientos de miles de personas, especialmente provenientes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití.
El Aeropuerto Internacional de Miami se ha convertido en un punto focal de esta compleja situación, donde las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) han detectado un aumento alarmante en casos de fraude relacionados con el parole humanitario. Otto Vázquez, supervisor de la unidad ATA de CBP, reveló en una entrevista con Telemundo 51 que “muchas personas utilizan documentos falsos para obtener el permiso”. Esta práctica no solo compromete la integridad del programa, sino que también pone en riesgo la seguridad y confianza del proceso migratorio legal.
El programa, diseñado para ofrecer una salida legal a individuos de países en conflicto, requiere la presentación de documentos y pruebas que demuestren la necesidad humanitaria. Sin embargo, la detección de documentos falsificados ha llevado a consecuencias severas para aquellos que intentan engañar al sistema. “Si usted llega a nosotros con una carta falsificada, habrá consecuencias y serán negativas”, advirtió Vázquez, subrayando la firme postura de las autoridades contra el fraude.
En contraste, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) ha intensificado sus esfuerzos para prevenir el fraude y asegurar que los casos sean evaluados con rigurosidad. NBC News reportó que el USCIS verifica cuidadosamente a cada patrocinador y revisa exhaustivamente los formularios I-134 A antes de su aprobación, subrayando la importancia de un proceso sólido contra el fraude.
Sin embargo, la implementación del programa no ha estado exenta de críticas y desafíos. En particular, la reciente ola de negativas a las solicitudes de parole humanitario ha desatado protestas y descontento entre los solicitantes, especialmente los cubanos. Martí Noticias informó sobre casos donde cientos de cubanos recibieron repentinamente negativas a sus solicitudes, a pesar de meses de espera y expectativas.
Eloísa Pacheco, residente de Cruces, Cienfuegos, expresó su frustración ante la negativa de su solicitud después de un largo periodo de espera. “No es justo”, lamentó, reflejando el sentimiento generalizado de decepción y desesperación entre los afectados.
El programa, destinado inicialmente a mitigar la migración irregular hacia Estados Unidos desde países latinoamericanos, ha concedido miles de visas humanitarias desde su inicio. Según datos del Departamento de Seguridad Nacional, más de 386,000 personas han sido procesadas bajo este programa hasta la fecha, con una distribución significativa entre cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos.
Además de los desafíos internos en Estados Unidos, la crisis también se ha extendido a los aeropuertos y a las aerolíneas que transportan a los solicitantes. En particular, la aerolínea Wingo, involucrada en vuelos hacia destinos clave para los migrantes cubanos, ha sido criticada por cambios repentinos en los requisitos de visa, dejando a muchos pasajeros varados y enfrentando pérdidas financieras significativas.
La situación en los aeropuertos ha sido caótica, con protestas y reclamos por parte de los afectados, quienes han vendido sus posesiones para financiar viajes que ahora parecen inciertos. Las autoridades locales han intervenido para dispersar las manifestaciones, destacando la complejidad y la tensión inherente a la migración masiva y las políticas de visado en la región.
El programa de parole humanitario, si bien ha ofrecido una opción legal para muchos, enfrenta desafíos significativos que van desde el fraude interno hasta la gestión operativa y los cambios repentinos en las políticas de visado por parte de las aerolíneas. La incertidumbre persiste para miles de personas que buscan una vida mejor en Estados Unidos, mientras que las autoridades continúan enfrentando el delicado equilibrio entre seguridad, humanidad y cumplimiento de la ley migratoria.